Cuando la relación no funciona
La relación de pareja es, en realidad, un proyecto emocional pensado para generar un nexo de unión fuerte con otra persona que dure toda la vida. Esa es, por lo menos, la idea inicial. Sin embargo, a veces esos proyectos se truncan y terminan abriendo, en su final, un proceso doloroso de ruptura que se complejiza cuando se tienen hijos. Un mito muy extendido sobre la separación dentro de la pareja es que esta será, necesariamente, un hecho traumático para los niños. Y, por eso, muchas parejas piensan que es mejor seguir juntos por el bien de los pequeños, olvidando tener en cuenta en esa decisión que lo importante es la manera, la forma de estar juntos en pareja, no el simple hecho de estarlo lo que les puede hacer felices o infelices. No hay que olvidar que fruto de la exposición a los modelos de pareja, de mujer y de hombre que se le dé en el hogar aprenderá cómo son las relaciones. Parejas que discuten constantemente, o que no se miran, o no se tocan, o no se cuidan, proyectan sobre el niño formas de cómo vivir la pareja, o de cómo ser hombre o mujer que pueden provocar aprendizajes que les dificulten establecer buenas relaciones en el futuro. Siempre hay que tener en cuenta que un niño aprende de cómo se comportan sus padres.
Tomando la decisión
Ya no hay marcha atrás, la decisión de separarse está clara. ¿Cómo se lo decimos a los niños? Hay que organizar los cambios que se van a producir en base a un principio fundamental: reducir todo lo posible la incertidumbre que la separación provoca en ellos. Para conseguirlo, es esencial que los adultos hayan hablado previamente de cómo se va a hacer el cambio: quién se va a marchar de la casa y cuándo, qué ideas surgen sobre la custodia, cómo se va a resolver el tema económico etc. Esta preparación previa conjunta hará que las preguntas que el niño realice cuando se le comunique la separación sean contestadas. Y él comience a tener una idea, más o menos precisa, de cómo se va a ir resolviendo los cambios a los que se va a enfrentar. Disminuimos la incertidumbre, algo clave para el pequeño supere sin problemas la situación.
Atentos a lo que aprende
El foco debemos ponerlo en lo que queremos que aprenda durante el proceso de separación y, en concreto, durante la comunicación. Por ese motivo, es especialmente importante ofrecerle un modelo de pareja que, a pesar de haber tomado la decisión de separarse, es capaz de ponerse de acuerdo, respetarse y cuidarse en el proceso de separación. Este modelo de unidad también servirá al niño para que vaya entendido que las parejas a veces no funcionan y no hay motivo para soportar situaciones de sufrimiento prolongadas en el tiempo. Asimismo, también podrá entender que es la pareja la que se separa y que la relación padres-hijos seguirá intacta, aunque con dinámicas diferentes. Para escenificar esta idea lo mejor es que la pareja, los dos a la vez, sean los que hagan la comunicación trasladándole al niño los cambios pensados de manera conjunta.
Recomendaciones para la comunicación
· Buscar un lugar tranquilo donde comunicárselo. Hay que asegurarse de que no va a haber interrupciones por parte de nadie mientras se habla con él.
· La manera de hablar es importante: una voz tranquila y un tono relajado le ayudarán a percibir que las emociones de los adultos están bajo control. En el momento de comunicar la separación los adultos van a tener que manejar sus emociones para, así, crear un espacio adecuado y protegido donde él pueda expresar las suyas.
Es útil tener preparado, en la medida de lo posible, lo que se le va a decir para, así, evitar cualquier discrepancia o discusión delante de él. La idea es crear la imagen de que los adultos se han puesto de acuerdo y que las decisiones que se van a tomar repercutirán en beneficio de todos, aunque al principio sean duras emocionalmente. Este punto es importante para que pueda aprender, como modelos para él que, aunque los adultos a veces discuten y no se lleven bien, son capaces de ponerse de acuerdo y tomar decisiones consensuadas que ayuden a mejorar una situación en beneficio de todos. Un guión de ese discurso podría ser, aunque obviamente hay que ajustarlo a la experiencia vivida por cada familia y pareja, de la siguiente manera:
1. Recordadle cómo habéis convivido últimamente, las peleas, discusiones y momentos conflictivos que ha presenciado y que no deberían haber visto u oído. Haced alusión a la indiferencia entre vosotros, a la distancia, a los desprecios, si los ha habido. Hacer una narración del malestar familiar dará sentido lógico a la necesidad de tomar la decisión de separarse. Expresadle que sentís que haya sufrido por toda esta situación, que os hubiera gustado haberla manejado de otra manera.
2. Los problemas enumerados antes continúan en el presente y para evitar que se prolonguen y, con ellos, el sufrimiento familiar, habéis tomado CONJUNTAMENTE la decisión de separaros, ya que veis que es lo más beneficioso en ese momento para todos, aunque quizá a primera vista no sea evidente.
3. Resaltad lo positivo, lo que se va a ganar con la decisión. Ya no habrá discusiones o indiferencia hacia el otro, los problemas cesaran y todo será más tranquilo. Además, tendrán la posibilidad de tener dos hogares llenos de sus cosas y donde se les quiere mucho.
4. Es muy importante que sepa que va a tener a los dos siempre que quiera y que lo necesite, que tendrá acceso, o en persona o telefónico, con el otro progenitor siempre que lo solicite. Que no ha tenido absolutamente nada que ver en esta decisión y, por lo tanto, no tiene culpa o responsabilidad sobre ella. Que ambos le queréis muchísimo y que eso no va a cambiar nunca. Si está receptivo podéis expresar vuestro afecto tanto física como verbalmente hacia él.
5. Si durante la comunicación os pregunta por los motivos de la separación de manera reiterada, volved al discurso inicial: desde hace un tiempo no os lleváis bien y, como resultado de esa mala convivencia, es mejor, tras haberlo pensado mucho, separarse para que todos podáis estar mejor y más tranquilos.
6. Preparaos para las preguntas que pueda haceros y esperad cualquier manifestación emocional que exprese. No le regañéis en ese momento si grita, tira cosas o se enfada. Dejad que exprese sus emociones de la forma que lo necesite, comunicadle que entendéis que se sienta de esa manera, legitimad sus emociones. Haced hincapié, de nuevo, en los aspectos positivos de la decisión si está receptivo a escucharlos.
7. No expreséis la idea de reversibilidad. La decisión de separaros ha sido meditada y estudiada a fondo y, ahora mismo, es lo mejor que se puede hacer para todos. Estáis transmitiendo una decisión, no pidiéndole opinión para tomarla. Si no estáis muy seguros de ella, mejor no comunicarla al niño, ya que lo que se busca en darle certezas sobre el futuro para que pueda vivir sin la incertidumbre de saber si mamá o y papá se van a separar. Si estáis en un momento en que hay conflictos de pareja pero después volvéis a reconciliaros no podéis entonces darle esa certeza, con el cambio de vida que supone y, por lo tanto, se sentirá muy confuso si le habláis de separación pero luego ésta no se materializa.
Siguiendo estas recomendaciones a la hora de comunicar a los hijos la separación de la pareja, como algo inevitable pero no necesariamente negativo para su vida, se les puede facilitar efectuar la transición hacia una nueva forma de vida igualmente llena de esperanzas y satisfacciones.
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