No es posible esperar a ser perfectos, hay que salir a la vida, caerse y levantarse.
Ray Bradbury
Hoy en día, ¿quién de nosotros no ha sentido en alguna ocasión (casi desde el día que nacemos, podríamos decir) la presión para rendir a un mejor nivel o para llegar a alcanzar ciertas metas? A todos nos gusta proyectar una imagen positiva de nosotros mismos, pero esto puede llegar a complicarse.
A priori, cierto grado de superación personal puede resultar positivo. Querer incrementar nuestro rendimiento o tratar de lograr ciertos objetivos no es lo mismo que ser perfeccionista; esto último en extremo puede llegar a tornarse patológico y muy invalidante en nuestro día a día.
El médico y psiquiatra estadounidense David Burns define a las personas perfeccionistas como aquellas cuyos estándares se encuentran mucho más allá del alcance o la razón, las cuales se fuerzan de manera compulsiva y crónica en conseguir metas imposibles y que miden sus propios méritos en relación con su productividad y sus logros.
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Me ha sido muy útil, lo comparto.
Magnífico artículo. Y muy atinado el comentario de brunosinibaldo.
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