La primera víctima de la guerra es la verdad
Esquilo
Civiles: mal en casa, casi peor fuera
Hasta hoy, la guerra de Ucrania ha generado cerca de cinco millones de desplazados a otros países, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). A lo que hay que sumar otros siete millones de desplazados en el interior del país, según afirman las organizaciones vinculadas profesionalmente a ello, a partir de los datos facilitados fundamentalmente por el gobierno de Ucrania, probablemente muy hinchados. Pero aunque fuera sólo la mitad el número de civiles desplazados reales, ya significaría un gigantesco exceso sobre lo deseable, que sería ninguno.
Y si mal lo llevan los civiles que por necesidad abandonan sus hogares en busca de seguridad, peor lo tienen los que allí quedan por imposibilidad de huir o por voluntad de hacer frente a lo que acontezca. Lo que acarrea gravísimos riesgos para ellos, sometidos al fuego y al albur de las conductas violentas de los dos bandos, especialmente dramáticas en el contexto de una guerra que tiene mucho de civil.
En lo que respecta a sus consecuencias psicológicas, la Organización Mundial de la Salud lo describe de manera contundente en su documento La salud mental en las situaciones de emergencia, de 16 de marzo de 2022...
Esto va a ir para largo y lo vamos a sufrir todos. Quizá bastante más de lo que nos parece posible ahora.
Muchas gracias a todos por vuestras aportaciones y valoraciones. Con estos artículos he pretendido ofrecer un panorama lo más completo posible de consecuencias psicológicas de la guerra, ampliando un aspecto que en mi opinión no se ha tratado demasiado. Que es el de las distorsiones cognitivas inducidas en las mentes de quienes, sin sufrir directamente la guerra, la contemplan desde una distancia supuestamente tranquilizadora. Pero la realidad es que, en mayor o menor grado, todos somos víctimas de la guerra. Y evitar o desmontar esas distorsiones inducidas es el paso necesario para valorar lo que realmente está pasando y actuar en consecuencia. Por uno mismo y por el entorno.
Yo reconozco estar preocupada por la posibilidad de que se extienda sin control
Como dice Marina, lo peor es lo de los niños.
No entiendo nada... Por un lado, la ONU dice que hay ya más de 8 millones de desplazados. Por otro, han reabierto las embajadas en Kiev, entre ellas la española y la estadounidense. ¿Acaso hay un acuerdo encubierto del que no sabemos nada? ¿Es segura o no la zona de Kiev? La mente se vuelve loca en este caos de informaciones contradictorias.