El pasado jueves, 18 de abril, asistí al VIII Encuentro de Mentores celebrado en el campus de Alberto Aguilera de la Universidad Pontificia de Comillas, en el marco del Programa de Mentorización de la Universidad . El objeto de la realización del acto ha sido reunir a personas con dilatada experiencia profesional en sus ámbitos respectivos que se han encargado de mentorizar a alumnos de los últimos años de carrera, con la idea de crear sinergias entre nosotros. He tenido la suerte de compartir esa experiencia con personas de todas las disciplinas: abogados, psicólogos, economistas, etc. Alrededor de unas 60 personas hemos asistido al encuentro entre profesionales. El grupo total de mentores es mucho más amplio ya que lo conforman más de 400 personas de todos los rincones de España y del mundo.
Mentorizar, poder guiar, ayudar y dar información a personas que están en un punto de inflexión en su vida es una tarea que impacta profundamente. Es inevitable viajar mentalmente al pasado y recordar como era una misma en el momento en el que esos alumnos se encuentran. Revivir las dudas, el miedo, la incertidumbre acerca de todo lo que está por venir lo recuerdo como un proceso que resultaba muy excitante y que generaba miedo a la vez. Esas sensaciones son las que he podido recuperar a través de las personas mentorizadas viéndolas ahora con distancia.
Por otro lado, el encuentro te hace reflexionar sobre la trayectoria profesional realizada desde que terminas la carrera hasta que tienes la suerte de poder participar en estos programas desde un lugar donde puedes brindar tu experiencia. Un lugar que siento consolidado como profesional. Esto significa que inevitablemente haces balance de lo conseguido, del progreso desde esos últimos años universitarios hasta la actualidad y la conclusión, en este caso, es positiva, de esfuerzo y avance.
Por último, esta experiencia también me ha hecho sentir una enorme satisfacción en el sentido de poder ofrecer algo intangible a los demás y ver que es útil. Ayudar a direccionar las carreras profesionales y formativas de otros hacia el mejor escenario posible es un privilegio.
En los próximos años seguiré participando en estos proyectos de mentorización, que seguro serán enriquecedores para las dos partes.
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Enhorabuena a Maribel y a sus mentorizados.
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Una labor tan grata como necesaria. Enhorabuena a tus mentorizados y, por supuesto, a ti, Maribel
¡Qué bueno! ¡Qué labor más útil e importante!