El Blog del Centro se hace eco hoy de la ponencia presentada por Maribel Gámez en la Jornada de Educación Psicológica realizada en el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid ayer viernes con el título expresado arriba.
Cifras de uso de las redes sociales en menores y qué redes son las que más se usan
Voy a empezar mi presentación contando algunos datos sobre el uso de las redes sociales y los dispositivos móviles entre los niños en España que justifican la celebración de este tipo de jornadas. Estos datos de los que voy a hablar a continuación son actuales, de junio de este año, y se pueden encontrar publicados en la página web del Consejo General de la Psicología de España.
Voy a hablar primero del uso del móvil en jóvenes. En esta publicación se afirma que el 23,3% de los menores de 10 años ya tiene móvil propio, también lo poseen casi el 50% de los menores de 11 y casi el 75% de los niños a la edad de 12 años. Prácticamente la totalidad de los menores de entre 10 y 15 años, esto es el 95%, navega por Internet. Siguiendo con la información del artículo, en él se dice que muchos niños usan su dispositivo por la noche hasta que se duermen, sin supervisión. Por último, se ha visto que aumenta la cantidad de niños entre 0 y 8 años que usan Internet y que la iniciación en el uso de dispositivos digitales se realiza cada vez en edades más tempranas.
En cuanto a las redes sociales, el 98,5% de los adolescentes está registrado en una alguna red social y dos de cada tres cuenta con más de un perfil en una misma red social, lo que aumenta la falta de supervisión familiar. [1]
Las plataformas más usadas son, por este orden: Whatsapp con 43, 5 millones de usuarios, le sigue Instagram con 33,6 millones y, por último, TikTok con 13,2 millones de usuarios según datos de 2024. [2]
Uso, mal uso y adicción a las redes sociales
Estos datos nos dicen que vivimos en la época de la comunicación digital, un instrumento que debe ser bien entendido y utilizado. Que cada vez con más frecuencia las acciones humanas pasan por el filtro de la tecnología. Para ello, con el propósito de entenderla y utilizarla bien, los más jóvenes dependen del conocimiento y del buen uso que hagan los adultos de su alrededor para conseguir ser ellos los que la utilicen en su beneficio. Con tal fin los padres y profesores deben conocer, entre otros conceptos, la diferencia entre uso de las redes sociales, mal uso de estas y, por último, cuales son los síntomas que aparecen en un menor cuando un problema adictivo está presente.
El uso se caracteriza por una utilización responsable, consciente y selectiva del dispositivo móvil y las redes sociales. En esta forma de relacionarse, el menor es el que decide cuando es el momento adecuado para atender las redes sociales y prestar atención a los mensajes así como qué contenidos seleccionados desea ver. En cuanto al mal uso este concepto se refiere a una utilización más emocional y menos racional de las redes en el que hay dificultad por parte del menor de tener bajo control su uso. Se ve con claridad esta complicación para el adolescente cuando están presentes ciertos estímulos como, por ejemplo, el aburrimiento, en el que se utilizan las redes sociales para calmar o distraerse de emociones desagradables. Esto implica muchas veces, por ejemplo, cortar la dinámica de estudio o no dar oportunidad a otras formas de gestionar la emoción.
Por último, sabremos que estamos ante un menor con problema de adicción cuando se irrita intensamente al pedirle que reduzca el consumo en redes sociales, ha perdido el control sobre ellas, usándolas cada vez más frecuentemente y de manera más indiscriminada. Por último, completa este cuadro, la afectación del uso de las redes de manera negativa y significativa en algún área vital como los estudios o las relaciones personales.
Aunque se puedan detectar síntomas en el menor que son compatibles con la adicción a las redes sociales hay que tener en cuenta en el ámbito clínico que todavía ningún manual diagnóstico como el DSM y el CIE lo contemplan dentro de los problemas de adicción. Pero ya se están realizando estudios y predicciones al respecto. En relación a este tema hay una investigación realizada por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) dependiente del Red. Es con apoyo del ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital que pronostica que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 16 años sufrirá adicción a las redes sociales. [3] y [4]
Señales de alarma en los adolescentes (para padres y profesores)
Pero no solo la adicción a las redes sociales supone un peligro para los jóvenes, hay otras amenazas en el uso de las redes sociales que pueden influir de una manera negativa e intensa en la vida del adolescente. Por ejemplo, por un lado el ciberacoso entre su grupo de pares o, por otro, el intento desesperado por imitar modelos de comportamiento totalmente irreales que aparecen en redes sociales. El deseo de ser como esos patrones de conducta puede provocarles malestar al no conseguir alcanzarlos y, si no se gestiona adecuadamente, ese malestar, con el tiempo, también aumenta la probabilidad de desarrollar un problema psicológico.
¿A qué señales de alarma hay que atender cuando un niño o adolescente sufre un problema intenso que puede estar relacionado con redes sociales? Son los siguientes:
- Cambios en sus rutinas de sueño y comida. Que sufran insomnio o hipersomnia; que coman por exceso o defecto en comparación con su hábitos cotidianos.
- Bajadas bruscas del rendimiento escolar. Si esto ocurre es posible que tenga problemas de concentración que le impidan centrar su atención en el estudio
- Autolesiones. Gracias a las redes sociales se ha visibilizado mucho esta conducta de hacerse daño y los niños y adolescentes han descubierto que el dolor físico puede calmar el dolor emocional. Las autolesiones, por leves que sean, indican una forma de enfrentarse al malestar altamente destructiva que debe ser tratada por un profesional de la Psicología.
- Aislamiento social. Comentaba antes esta conducta en los casos que en los que se dan comportamiento adictivos. El aislamiento se puede deber a un uso del móvil compulsivo que cada vez ocupa más el tiempo libre y de ocio del adolescente separándole de la relaciones no mediadas por la tecnología.
- Cuando un niño tiene un problema que no sabe solucionar puede presentar oscilaciones bruscas en el estado de ánimo. Es posible que pase de un estado de tranquilidad al enfado o a la tristeza producto de que algún estímulo de la situación en la que se encuentra puede haber conectado con aquello que le hace sufrir.
- Conductas regresivas como volver a hacerse pis o pedir dormir con los padres son indicadores de que algo no va bien.
- Por último, las pesadillas recurrentes son un síntoma de estrés elevado que deben ser tenidas en cuenta por los padres y profesores como una señal de alarma en el adolescente.
Ciberacoso, sharenting y suicidio
Tras señalar las señales que pueden indicar a los adultos que un adolescente está sufriendo me gustaría parar un momento en una moda en redes que ya está generando problemas en niños y adolescentes. En ocasiones, los adultos son modelos de mala gestión del uso de redes e incluso pueden alentar que se den las condiciones para que el niño o adolescente pueda sufrir acoso a través de ellas. Un ejemplo de esto que digo es el llamado sharenting o el uso de fotografías y vídeos que los padres suben a redes sociales de sus hijos. Estas fotografías a veces son utilizadas por adolescentes para humillar o reírse de otros adolescentes, aumentando la probabilidad de que se sufra acoso en redes.
Según los datos es una moda cada vez más masiva. Un estudio de la Universidad Oberta de Cataluña que hace alusión a una encuesta del grupo AVG, el 81 % de los niños menores de 6 años ya tiene presencia en Internet. Este estudio se ha hecho con datos de España, entre otros [5]. La necesidad de los adultos de mostrar al mundo la vida privada de sus hijos les pone en riesgo. De hecho, estamos visionando solo el comienzo de este fenómeno del que ya hay jurisprudencia al respecto. Por ejemplo, está el caso de un abuelo obligado a retirar las fotos de su nieto y también tuvo que hacer lo mismo una madre tras la denuncia de su expareja en los años 2022 y 2020 respectivamente.
Los niños solo a partir de los 14 años pueden dar su consentimiento para el tratamiento de sus datos personales según la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales (LOPDGDD) así que el consentimiento hasta esa edad lo regulan los padres. El aumento del mal uso de este material en redes y su relación con el acoso es algo a tomar muy en serio ya que el ciberacoso está uno de los motivos de suicidio en niños y adolescentes. Recordemos que durante el año 2022 se suicidan 175 adolescentes de entre 15 y 19 años y 12 menores de 10 años acaban con su vida de esta forma, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Capacitar emocionalmente a los jóvenes: habilidades a adquirir
Con el fin de evitar los problemas mencionados anteriormente, hay una serie de habilidades que los niños y adolescentes pueden aprender y deben ser enseñadas por parte de los adultos con el fin de protegerles del mal uso, de la adicción, del ciberacoso y demás problemas relacionados con las redes sociales.
- Tolerancia a la frustración. Esto significa que estén dotados de herramientas para autorregularse emocionalmente. Así podrán ser capaces de abandonar el uso del móvil en un momento dado o demorarlo aunque este prometa una gratificación fácil y rápida.
- Análisis de la realidad. Esta habilidad, ser capaz de describir de manera lo más objetiva posible aquello que acontece, les ayudará a calibrar la importancia de las redes sociales en su vida, de la calidad de otras interacciones comparadas con que establecen en las redes sociales y a valorar cuánto tiempo quieren invertir en ellas y cuánto en otras actividades.
- Capacidad de esfuerzo. Otra habilidad que les ayuda a estar protegidos de la parte peligrosa de las redes sociales es hacerles ver la felicidad que surge producto de la capacidad para perseverar en proyectos no inmediatos, de conseguir metas a largo plazo producto del esfuerzo. Un tipo de alegría que el que consume redes sociales no puede experimentar.
- Por supuesto, hacerles conscientes, en relación el anterior punto de la necesidad de que practiquen su atención sostenida en el tiempo y cómo la exposición constante a vídeos cortos y contextualizados que muchas veces son el contenido que ven en redes les merma. Si eso es así también su capacidad de esfuerzo y consecución de metas se deteriorará.
- Por último, encontrar, si es posible, entornos semejantes en cuanto al manejo del móvil tanto en adultos como en niños. Si no es posible entre su grupo de pares, por lo menos darle un buen modelo de uso en familia.
Capacitar a los jóvenes emocionalmente: dificultades a vencer
Sin embargo, existen una serie de dificultades a la hora de hacer autónomos a los adolescentes para que puedan protegerse ellos mismos de los potenciales peligros de las redes sociales. El primero de ellos es el diseño altamente adictivo de las redes sociales. De hecho la Comisión Europea abrió una investigación a las plataformas TikTok, Facebook e ING [6], al sospechar que estimulan un comportamiento adictivo en menores a través del uso de algoritmos. Y en febrero de este año le han abierto un expediente sancionador a TikTok para conocer si ha incumplido la Ley de Servicios Digitales (DSA).
Otra dificultad es que se ha normalizado socialmente que se dé un mal uso o incluso síntomas de adicción al móvil tanto en niños, como en adolescentes y en adultos. Es muy difícil enseñar un buen uso cuando todo el entorno tiene otra forma de relacionarse con las redes sociales.
La misma condición humana, de carácter cortoplacista, que busca el refuerzo a corto plazo le hace presa fácil de todos los estímulos que aparecen en redes sociales.
Por último, ya que la interacción social se da cada vez más a través de estas plataformas, hay una dificultad para aprender habilidades sociales fuera de ella. Por lo que las redes se convierten en un lugar más protegido y seguro para que los adolescentes se comuniquen pero que les dificulta moverse con soltura en el mundo que existe fuera de la pantalla lo que genera miedo a establecerlas.
De cualquier forma, aunque hay enemigos poderosos que dificultan conseguir que los niños y adolescentes hagan un buen uso de las redes sociales hay que ser optimista y seguir luchando para que los jóvenes las manejen en su beneficio y no al revés.
Fuentes:
[1] Consejo General de la Psicología de España. Datos sobre el uso de las redes en jóvenes.
https://www.infocop.es/uso-de-nuevas-tecnologias-internet-y-redes-sociales-en-menores/?cn-reloaded=1
[2] Holaseo. Cantidad de usuarios por redes sociales en España 2024
[3] Infobae. 3 de cada 4 jóvenes sufrirá adicción
[4] Investigación original de la fuente [3]
[5] El Confidencial. La moda del sharenting
[6] Euronews. La Comisión Europea investiga a Facebook, Instagram y TikTok
[7] Maldita.es. Abren expediente sancionador a TIKTOK
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❤️❤️❤️
Una gran aportación en algo tan importante conozco casos de niños hay que buscar tiempo para la comunicación y observar.una vez más gracias por tu buena explicación
pacogustioz
hace 4 días
"Francamente, creo que la educación pública y buena parte de la privada no tienen salvación. Sólo sirven para hacer más incapaz a las futuras generaciones. ¡Los niños aprenden matemáticas emocionales, pero no la regla de tres! ¿Y ahora se pretende hacer lo mismo con la Psicología?"
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Completamente de acuerdo
Muy buen trabajo
❤️❤️❤️