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La primera víctima de la guerra es la verdad
Esquilo     

LA GUERRA: CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS (y II)

Alvaro Sánchez, 23-4-2020

Civiles: mal en casa, casi peor fuera

Hasta hoy, la guerra de Ucrania ha generado cerca de cinco millones de desplazados a otros países, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). A lo que hay que sumar otros siete millones de  desplazados en el interior del país, según afirman las organizaciones vinculadas profesionalmente a ello, a partir de los datos facilitados fundamentalmente por el gobierno de Ucrania, probablemente muy hinchados. Pero aunque fuera sólo la mitad el número de civiles desplazados reales, ya significaría un gigantesco exceso sobre lo deseable, que sería ninguno.

Y si mal lo llevan los civiles que por necesidad abandonan sus hogares en busca de seguridad, peor lo tienen los que allí quedan por imposibilidad de huir o por voluntad de hacer frente a lo que acontezca. 

Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez
Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Lo que acarrea gravísimos riesgos para ellos, sometidos al fuego y al albur de las conductas violentas de los dos bandos, especialmente dramáticas en el contexto de una guerra que tiene mucho de civil.

En lo que respecta a sus consecuencias psicológicas, la Organización Mundial de la Salud lo describe de manera contundente en su documento La salud mental en las situaciones de emergencia, de 16 de marzo de 2022:

“Las situaciones de emergencia causan malestar a la mayoría de las personas, que se manifiesta, por ejemplo, en forma de ansiedad y tristeza, desesperación, trastornos del sueño, cansancio, irritabilidad o ira y/o dolor.”

“Estos efectos son habituales y suelen mitigarse con el tiempo. Sin embargo, es previsible que la prevalencia de los trastornos mentales frecuentes, como la depresión y la ansiedad, se duplique durante las crisis humanitarias.”

“La carga de enfermedades mentales en las poblaciones afectadas por conflictos es muy elevada: de acuerdo con una revisión realizada por la OMS que incluyó 129 estudios realizados en 39 países, el 22% de las personas (es decir, más de una de cada cinco) que han vivido en una zona afectada por un conflicto en algún momento de los 10 años previos sufre depresión, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, trastorno bipolar o esquizofrenia.”

“Según este estudio, la prevalencia puntual (es decir, la proporción de personas que presenta una enfermedad en un momento dado) de las formas leves de depresión, ansiedad y trastorno por estrés postraumático en las zonas afectadas por conflictos es del 13%, y la de las formas moderadas, del 4%. En cuanto a los trastornos graves (esquizofrenia, trastorno bipolar y los casos graves de depresión, ansiedad y trastorno por estrés postraumático), alcanza el 5%.”

Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez
Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

“De acuerdo con las estimaciones, uno de cada 11 individuos (es decir, el 9%) que ha vivido bajo un conflicto bélico o violento en algún momento de los 10 años previos padece un trastorno mental de moderado a grave.”

“En la población que vive en zonas de conflicto, la depresión suele ser más habitual en las mujeres que en los varones y, al igual que la depresión, aumenta con la edad.”

Primera víctima de la guerra: la verdad

Quienes asistimos llenos de estupor y preocupación a la doble escalada, militar en la zona de combate ucraniana y desinformativa en los medios de comunicación occidentales y rusos, constituimos el tercer grupo de víctimas de la guerra, sufriendo sus consecuencias de manera muy restringida. Específicamente, en el ámbito de la formación de opinión y la capacidad de comprensión y análisis de la realidad.

Se requiere información completa y veraz, tanto de lo que acaece en la propia zona de combate como, sobre todo, en la periferia logística, para realizar la analítica de la realidad.

 

De una nueva realidad que está comenzando a conformar una nueva ordenación estratégica mundial que impactará de lleno en la vida de la mayoría de los habitantes del planeta, singularmente en Eurasia.

Y no la tenemos, ni nosotros ni los rusos, porque nuestros respectivos medios de comunicación nos proponen una dinámica de buenos buenísimos frente a malos malísimos que dificulta la comprensión de este nuevo fenómeno y, por tanto, la capacidad de preparación de cada uno de nosotros y de nuestro entorno inmediato para afrontarlo.

Las consecuencias de todo ello pueden ser devastadoras.

Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez
Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

De hecho, ya se ha construido un nuevo imaginario en la opinión española en el que se acepta el propio perjuicio individual y colectivo en aras de una supuesta acción moral. Como pone de manifiesto la encuesta de Sigma Dos para El Mundo publicada el pasado día 18 de abril. A la pregunta “¿Cree que debemos cortar las importaciones de gas como medida de presión a Rusia aunque esto suponga subir la inflación?”, dos de cada tres encuestados responden que sí.

 

¡Cuando las importaciones de gas ruso a España son residuales, sólo suponen el 5% del total de gas adquirido! Lo que se haga con ese gas no tendrá ninguna influencia en la inflación. Lo que sí la ha tenido ya y la tendrá cada vez más es la sustitución del gas argelino por el estadounidense, mucho más caro, que suponen el 55% de las adquisiciones de gas. Pero en la mente de dos de cada tres españoles ya está configurado un nuevo mundo en el que un imaginario moral impone gozosamente pagar mucho más por cocinar o adaptar la temperatura ambiente.

Incapaces de soportar la confusión e incertidumbre propias de la realidad descarnada, tendemos a asumir y materializar el orden que se nos propone, aunque resulte perjudicial para nosotros mismos.  Es un caso de manual de imaginario convertido en realidad por la mente a partir de información sesgada, cuando no directamente ocultada.

 

No obstante, la tradición liberal occidental frente a la inversa rusa permite que se cuelen resquicios de información y opinión más veraces en nuestro ámbito. En este sentido, es muy recomendable para entender lo que está ocurriendo en el conflicto ruso-ucraniano la serie de artículos publicados en ABC por el general en la reserva Pedro Pitarch, exjefe de la Fuerza Terrestre española, de quien seleccionamos un párrafo muy significativo de uno de ellos:

Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez
Las consecuencias psicológicas de la guerra. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

“Otra cosa es la dialéctica de guerra. Porque si se considera como dialéctica un proceso intelectual para llegar, a través de las palabras, a las ideas del mundo inteligible, entonces la cosa no encaja. Ni por un sitio ni por el otro. Resulta inconsistente, por ejemplo, que Putin trate de fundamentar la invasión de Ucrania sobre la nazificación de sus dirigentes, cuando el presidente Zelenski ―quien recientemente ha rechazado la visita del presidente de Alemania―, es judío. Y, recíprocamente, es difícilmente asimilable que Zelenski atribuya a Putin la idea de que los civiles ucranianos son objetivos preferentes de los bombardeos rusos.”

Sabias palabras que invitan a considerar con un sano escepticismo muchas de las afirmaciones que se vierten en los medios de comunicación. Ese escepticismo es, paradójicamente, garantía de sólida salud mental y origen de dudas e inseguridades: el resultado de la reflexión ponderada.

¿Sabías que...

…ya en el siglo XVII, Thomas Hobbes, uno de los fundadores de la filosofía política moderna, pontificaba que “la fuerza y el fraude son dos virtudes cardinales en la guerra”?
No es extraño, por tanto, que, al filo de la cuarentena de días desde el comienzo de la invasión de Ucrania, nos encontremos enfangados en una ciénaga de desinformación general, propaganda partidaria y fraudes informativos. Todo ello impulsado por el enorme poder y el beneficio que, a algunos, reporta el negocio del miedo.

Pedro Pitarch (Blog personal, 3-4-2022)

Si quieres saber más...

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