Es importante que se acuda puntualmente a la hora programada de las citas ya que así el paciente podrá aprovechar del tiempo completo de la sesión y también se redunda en beneficio de todos los pacientes en general.

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Las sesiones que se cancelen con 24 horas o más de antelación respecto al día de la cita no tendrán ningún coste para el paciente. Después, el paciente y el terapeuta acordaran día y hora para la siguiente sesión. Si se cancela con menos tiempo se tendrá que abonar la sesión íntegra, a no ser que existan motivos de urgencia que hayan justificado dicha cancelación. Si el paciente había abonado ya la sesión cancelada, con el margen adecuado de tiempo para ello, existen dos posibilidades de solución: que le sea devuelto el importe total de la sesión o que pueda quedar reservado ese pago para el abono de una nueva.

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Si el terapeuta lo considera necesario, por motivos relacionados con el aumento de la efectividad de la terapia y del bienestar del paciente, se puede recomendar que sea atendido por otros profesionales competentes que puedan llevar su caso.