Terapia para adultos
A veces no se encuentra la solución a un problema
Ir a un psicólogo no es la única manera de resolver los problemas. De hecho, normalmente, la persona que sufre acude primero a su red social de apoyo, es decir a sus amigos o a la familia, buscando una solución. Y es así como tiene que ser. Muchas veces funciona y con el apoyo de sus seres queridos puede resolver sus problemas. Sin embargo, cuando estas ayudas fallan y la persona no sabe salir de situaciones que le provocan malestar y dolor, es hora de acudir a un profesional que le dé herramientas nuevas y formas distintas de comprender el problema para salir de él definitivamente.
Hay que tener en cuenta que cuanto más se tarde en acudir a un profesional cuando se necesite, más posible es que el problema se cronifique, creando en la persona hábitos que le perjuquen y que sean dificiles de abandonar. Lo mejor es acudir en cuanto se perciba que el problema no se soluciona con los recursos de los que la persona dispone.
Para conocer mejor cómo funciona la terapia a continuación las fases que integran ese proceso.
1º - Primera entrevista
En ella se recoge información sobre el motivo de consulta que ha llevado a esa persona (o a esa pareja o familia) a pedir ayuda profesional, qué objetivos tiene en terapia, qué soluciones ha puesto en marcha y cómo le han resultado. En definitiva, un pequeño resumen del problema o problemas por el que está sufriendo.
Tras recibir esos datos se da una explicación sobre cómo se enfocaría el asunto y de qué manera se articularían las siguientes fases de la terapia. Es importante que el paciente haya entendido cuál es la forma de trabajar su problema para, más tarde, proponerle que reflexione sobre si este tipo de ayuda que se le ofrece es realmente lo que está buscando. Si es así se continúa con las siguientes fases de la terapia.
Los objetivos marcan la dirección de la terapia
Buscamos aprendizajes en el pasado para ayudar a resolver el problema presente
2º - Fase de evaluación
En esta fase se recoge toda la información necesaria para comprender cómo se originó el problema, cuando esto es posible averiguarlo y, a través de qué mecanismos éste se mantiene en el tiempo. Para ello se investiga sobre el pasado del paciente con la finalidad de comprender cuáles han sido los aprendizajes que mantiene en el presente.
Especialmente importante es conocer qué piensa, siente y hace una persona cuando está en un contexto que precipita el problema.
Para conseguirlo a veces se mandan pequeñas tareas o ejercicios entre sesiones. Esta fase comprende un número de sesiones variable, que puede ir de 3 a 5 dependiendo del caso.
3º - Fase de devolución
Tras recoger la información se traslada el análisis realizado al paciente y se comunica cual podría ser el origen del problema, el motivo por el que continúa en la actualidad y por donde comenzaremos a trabajar para cambiarlo y así conseguir los objetivos iniciales de la terapia.
Se dividen los problemas jerárquicamente según un orden, ya que se resolverán de manera secuencial. Es esencial que se entienda la terapia como una colaboración entre terapeuta y paciente cuyo objetivo final es dotar de autonocimiento y de herramientas eficaces a la persona para manejar los problemas que la vida le presente y, que en un futuro no necesite, en los asuntos tratados, volver a recibir terapia de nuevo.
La colaboración entre terapeuta y paciente es esencial
El ritmo de la terapia lo marca el paciente.
4º - Tratamiento
Tras haber realizado la jerarquía de los problemas a tratar, se comienza por el primero de ellos, realizando los cambios necesarios en el análisis de los tres sistemas de respues-ta (pensar, sentir y hacer) para conseguir los objetivos propuestos.
Trabajo del psicólogo es crear las condiciones adecuadas para ir consiguiendo, poco a poco, logros que faciliten la consecución del objetivo final. Las técnicas utilizadas están basadas en experimentos avalados científicamente.
El ritmo lo marca el paciente en cada etapa. Para conocer la mejor dinámica para el cambio es importante que sepa cómo vive el paciente las sesiones y si tiene claro en qué momento de la terapia nos encontramos.
5º - Desvanecimiento
Una vez que los objetivos se van conseguiendo las sesiones se espacian. La idea de este espaciamiento es asegurarse de que los logros se mantienen en el tiempo. Este seguimiento se puede realizar de manera presencial, teléfonica o a través del correo electrónico, dependiendo de cada caso.