Maribel Gámez
Descripción del problema
Los abusos sexuales a niños y adolescentes existen desde siempre. Los estudios indican que la gran mayoría suceden dentro del ámbito familiar del niño y, son los varones, los que los cometen, casi en la totalidad de los casos. En contra de lo que mucha gente pueda pensar, cuando los abusos se cometen dentro de la familia, no se suele coaccionar al niño mediante actos agresivos para que acceda a los deseos del adulto. No suele hacer falta. El pequeño confía en los adultos de su alrededor, sobre todo en la gente de su familia, ya que así se les educa. La estrategia del abusador suele consistir en la introducción progresiva, mediante el juego con el niño, de tocamientos de tipo sensual y sexual, consiguiendo que se naturalice la situación de abuso.
Lógicamente no todas las experiencias de abuso sexual son iguales y, por lo tanto, no repercuten de la misma manera en el niño. La duración del abuso, la agresividad utilizada durante el acto, quién lo lleva a cabo así como las ideas generadas en relación a este hecho que tienen los adultos de alrededor y trasmiten a los niños, condicionan la gravedad del problema.
Es un asunto muy complejo donde se ven afectados aspectos esenciales del ser humano en construcción: la confianza en los demás, la visión de como es el mundo, las emociones, la concepción del cuerpo y la sexualidad.
Si quieres saber más...
Consejo Económico y Social de España
Escándalo films
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Cantón Duarte, J. y Cortés, R. (1999). Malos Tratos y abuso sexual infantil. Madrid
Editorial Siglo XXI
Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030
Blog " El Definido"
ATRES Player
¿Sabías qué...
No todas las experiencias donde un adulto o adolescente abusa de un niño son experimentadas como un evento traumático para el que lo vive. Es la interpretación cultural que se le da posteriormente a esa situación la que puede desencadenar malestar. De adulto el niño abusado se expone a la opinión de los demás en relación con la situación vivida impregnándose de su interpretación social
Para que un niño pueda detectar pronto y pedir ayuda a los adultos de su alrededor ante un posible abuso sexual, debe conocer ciertos indicadores que le hagan darse cuenta de que eso puede estar sucediéndole.
- Pacto de silencio.
En ocasiones, sobre todo si el abuso es prolongado en el tiempo, el abusador exige un "pacto de silencio" al niño. Consiste en pedir al niño que, mediante amenazas, guarde el secreto de lo que ambos hacen cuando están a solas. El agresor puede intentar convencerle diciéndole que cosas muy malas le pasarán a él o a alguien de su familia si lo cuenta .
Para evitar esta situación hay que enseñar al niño la diferencia entre los tipos de secretos que existen y que algunos, depende de su naturaleza no deben respetarse.
- Zonas corporales.
El niño tiene que saber qué zonas corporales de su cuerpo son susceptibles de ser tocadas por otros y cuáles no. Es natural darse besos, abrazos y caricias en público implicando el roce de ciertas zonas del cuerpo. Sin embargo, hay otras zonas, las erógenas, que no deben ser tocadas por nadie, menos por el mismo niño. Ni por adultos ni por otros niños. Además, para mostrar cariño a los demás no hace falta esconderse.
Si alguien le pide que se aleje con él a un lugar apartado, da igual quién sea, hay que ayudarle a que interprete esa situación como algo peligroso y que debe buscar ayuda en otro adulto inmediatamente.