DETERIORO COGNITIVO: CUANDO EL CEREBRO ENVEJECE (y II)
Maribel Gámez, 16-02-2022
Comentario a la Escala de Deterioro Cognitivo de Reisberg
Lo prometido es deuda. En el anterior artículo sobre deterioro cognitivo dijimos que hablaríamos, en la segunda entrega, de un instrumento muy utilizado para medir este fenómeno, que es la Escala Global de Deterioro Cognitivo de Reisberg o GDS. Esta escala fue publicada en el año 1982 en la revista American Journal of Psychiatry y aunque tiene ya casi 40 años sigue siendo un instrumento muy usado, útil y práctico para detectar deterioro cognitivo; es decir, dificultades a la hora de usar capacidades como la memoria o la resolución de problemas para manejarnos en la vida diaria.
En el grado 2 ya hay pequeños indicios de un nivel sutil de pérdida de memoria, la capacidad cognitiva que más se tiene en cuenta para evaluar deterioro cognitivo. Esta escala le da mucha importancia a la autonomía de los evaluados, que en este grado 2 es aún completa. Por lo tanto, no se consideran esos pequeños olvidos como parte de ninguna patología, sino como parte del envejecimiento normal.
Punto de inflexión es el grado 3 de la escala. Aquí sí se ve afectada la autonomía del paciente. Se suelen realizar más pruebas diagnósticas para intentar dilucidar si el déficit puede ser revertido o es el inicio de una demencia, como por ejemplo, el Alzheimer.
Antes que nada hay que aclarar qué entendemos por cognición. Y es que cuando hablamos de este tema nos referimos al funcionamiento intelectual que reside en el cerebro y permite que los humanos nos desenvolvamos en el medio que nos rodea.
El primer grado es el 1, donde no existe deterioro. Se llega a esta conclusión cuando no hay quejas subjetivas del paciente ni tampoco aparecen problemas de memoria en la evaluación clínica. Aquí no habría indicios de ninguna patología ni problema de deterioro.
En el siguiente grado, el grado 4, ya se considera que la persona sufre una demencia cuyos efectos serán progresivos. Especial atención hay que mostrar a cómo el paciente vive estos cambios a nivel psicológico. ¿Es consciente de lo que le ocurre? Si es así, ¿cómo lo está incorporando a su vida? ¿Qué apoyos necesita?
La persona pasa a ser dependiente en algún área en el siguiente grado, el grado 5. La progresión de los síntomas de algún tipo de demencia es clara.
Los grados 6 y 7 son los últimos de la escala.
En este punto es donde al paciente comienzan a fallarle los primeros aprendizajes realizados en su vida temprana, como el habla y el control de esfínteres. La persona se vuelve dependiente, progresivamente, en todas las áreas.
A la hora de acudir al médico o al psicólogo para una evaluación por sospecha de déficit cognitivo, siempre es recomendable que personas que convivan o conozcan al paciente que va a ser evaluado le acompañen. Es posible que la persona evaluada pueda negar o no percibir algunos comportamientos que sí pueden indicar deterioro, en alguno de los grados de la escala.
La esperanza de vida de una persona desde que es diagnosticada con cualquier tipo de demencia es de entre 8 y 10 años aunque puede prolongarse hasta los 20.
La estimulación cognitiva y otros apoyos, como los últimos avances en farmacología, pueden ayudar a mejorar la vida del paciente y retrasar su dependencia del entorno.
En la bibliografía dejamos algunos ejemplos de ejercicios que intentan mantener y/o retrasar el deterioro cognitivo de personas que han sido diagnosticadas con demencia desde su estadio más leve hasta el más incapacitante.
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