TRASTORNOS DEL SUEÑO
PARASOMNIAS II: SONAMBULISMO, SOMNILOQUIA Y TRASTORNOS DEL SUEÑO REM
Maribel Gámez, 22-11-2023
Este es el cuarto y último artículo de la serie que aborda el tema de los trastornos del sueño y sus consecuencias psicológicas. Los dos primeros tratan las disomnias, esto es, los problemas que afectan a la calidad y frecuencia del sueño. Los dos últimos se ocupan de las parasomnias, como se denomina a los comportamientos extraños durante el sueño.
Comer, hablar, lavarse e incluso, en alguna ocasión, matar. Son acciones que no necesariamente hay que estar despierto para llevarlas a cabo. En este último capítulo sobre trastornos del sueño hablamos de los comportamientos más llamativos que los seres humanos podemos realizar mientras nuestro cerebro, por lo menos en parte, duerme.
¿Despierto o dormido? Sonambulismo
El primero de ellos es el sonambulismo. Quien sufre este trastorno del sueño puede realizar todo lo que se decía al principio. Sí, incluso matar.
Uno de los casos más famosos de asesinato cometido por una persona sonámbula es el de Brian Thomas en el año 2008.
ponerse a comer o conseguir girar la llave de la puerta de casa y marcharse sin ser conscientes de ello. Matar es, por supuesto, algo anecdótico y que prácticamente no tiene relevancia estadística, pero puede ocurrir y cuando pasa causa gran expectación. Y no es de extrañar: el sueño y la vigilia se mantienen en un raro equilibrio creando un estado alterado de conciencia con impredecibles y extraños comportamientos.
Por ejemplo, que deambulen por la casa con los ojos abiertos puede crear la falsa sensación de que están despiertos; sin embargo, no es así, sino que se encuentran en un despertar que podemos llamar parcial. Este fenómeno ocurre en la fase de sueño lento, en concreto en las fases 3 y 4.
Al parecer el cerebro disminuye la importancia que le da a la
Según la National Sleep Fundation, organización benéfica estadounidense sin fines de lucro, entre el 1% y el 15% de la población general sufre sonambulismo y este porcentaje aumenta en el caso de los niños, que son los que más la padecen: entre un 10% y un 20% de la población general infantil. Como en el caso de los terrores nocturnos, los que realmente sufren este problema son los que duermen con el sonámbulo y también los encargados de ayudarles a volver a un estado de sueño profundo.
Conversar por la noche: somniloquia
A veces el sonambulismo va acompañado de otro fenómeno también muy llamativo: hablar en alto o tener conatos de conversación cuando se está dormido.
Cerrar la puerta de entrada de la casa sin dejar las llaves puestas es una medida esencial para proteger a estas personas, así como mantener las ventanas cerradas. La segunda medida consiste en guiarles delicadamente a la cama sin despertarles: es la mejor opción para que vuelvan a dormir y así poder continuar con el descanso.
Discutir o hablar sobre el episodio al día siguiente con el sonámbulo no tiene sentido, ya que no recuerdan nada; al contrario, puede causar inquietud y preocupación al pensar que están teniendo comportamientos que escapan a su control. No es raro que tras decirles lo que hacen por la noche eviten o se resistan a ir a la cama. Esta preocupación que les puede generar saber que son sonámbulos es más estrés para el organismo, lo que provoca más comportamientos de este tipo.
Los músculos están preparados, ya que no sufren atonía, para realizar movimientos vigorosos, como dar patadas y golpes o defenderse como si los sueños propios de esta etapa fueran realidad. Estas personas escenifican físicamente cómo protegerse de lo que ocurre en los sueños y pesadillas.
Las conductas pueden ser tan llamativas como reírse o dar alaridos. Se parece, en parte, a lo que les ocurre a las personas que sufren un terror nocturno pero se diferencia en que las personas con trastornos del sueño REM si recuerdan al día siguiente lo que ha ocurrido durante la noche.
Otra diferencia es que la edad en la que aparecen ronda los 55 años; en cambio en el caso de los terrores nocturnos solo se dan en la infancia.
como un trastorno del sueño, sino como la probabilidad de un indicio de algo serio: un trastorno neurodegenerativo. Ejemplos de esto son el Parkinson o la demencia llamada de los Cuerpos de Lewy.
Si se confirma que es un signo de problema degenerativo, el tratamiento incluye fármacos. Se ha visto que es efectivo el Clorazepam, un medicamento que trata los síntomas de ansiedad y la melatonina, una sustancia que se segrega de manera natural en el organismo, ayuda a dormir. La ansiedad que puede cursar con estos problema, sobre todo en los acompañantes, se trata con terapia.
Ven a vernos si te sientes identificado con alguno de estos trastornos, la Psicología puede ayudarte a resolverlos.
¿Sabías que...
… la polisomnografía es una prueba utilizada para detectar los problemas del sueño?
Esta mide las ondas cerebrales, los niveles de oxígeno y la frecuencia cardíaca, entre otros indicadores. Con ella se puede detectar el problema concreto del sueño de cada persona y comenzar así su tratamiento.
Este hombre asesina a su mujer de 40 años en su caravana, durante unas vacaciones, mientras soñaba que estaba en medio de una pelea. Brian creía, en su sueño, que un intruso había entrado en el vehículo con la intención de hacerles daño. El individuo era una amenaza para la pareja así que había que neutralizarle para estar a salvo. Parece que Brian confundió a su mujer con el supuesto intruso y la estranguló mientras dormía. Un juez lo encontró inocente y lo dejó libre al año siguiente aduciendo que estaba dormido cuando cometió los hechos, sin voluntad consciente para matar.
El sonambulismo es un problema del sueño muy llamativo para las personas que viven con alguien con este trastorno. Las personas sonámbulas son capaces de realizar acciones cotidianas mientras están dormidos, como abrir el frigorífico y
información que proviene del entorno mientras la persona sonámbula se dedica a hacer actividades propias de la vida durante el día. Eso explica por qué es tan difícil despertar a una persona sonámbula, no se enteran de que alguien les está llamando o zarandeando. Este problema hace que disminuya su respuesta ante el entorno y no escuchen lo que los demás le dicen o hacen en ese momento.
Hijos de padres sonámbulos tienen más probabilidad de serlo también debido a que el trastorno tiene un componente genético. En cuanto a qué lo provoca, diversos estudios indican que enfermedades que cursen con fiebre o procesos de ansiedad ante situaciones temidas pueden generarlo, así como el insomnio, que funciona como un estresor físico para el cuerpo.
La somniloquia, así se llama este fenómeno, es también más frecuente en niños que en adultos. Igual que en el sonambulismo, no recuerdan nada de lo que ha ocurrido al día siguiente, y es más probable que padres que han sufrido somnliloquia tengan hijos que también lo experimentan.
Estos dos trastornos del sueño tienen fácil tratamiento. En cuanto al sonambulismo, hay que aplicar las mismas medidas que en los terrores nocturnos. La primera es crear un entorno libre de peligros en la habitación, o en toda la casa del sonámbulo si se necesita. Estas personas se despiertan y deambulan, incluso pueden abrir puertas y llegar a salir a la calle con el peligro que eso conlleva. Como su sensibilidad a lo que ocurre en el entorno es muy baja pueden caerse, tropezarse o golpearse con objetos sin darse cuenta.
Por supuesto, unas buenas rutinas antes de dormir ayudan a evitar todos los problemas del sueño que se han visto hasta ahora, incluido este.
Trastornos del sueño REM
Más difícil es convivir con las personas que padecen el último trastorno relacionado con el sueño del que vamos a hablar. En realidad, es un conjunto de trastornos que tienen lugar en la etapa de sueño REM o de movimientos oculares rápidos y que afectan al 1-2% de la población general, sobre todo varones.
En esta fase del sueño lo esperable es que haya una pérdida del tono muscular, sin embargo, en este conjunto de trastornos esto no es así.
Como suele ser común en los problemas de sueño, son los compañeros de cama o de piso de estas personas las que dan la voz de alarma. A veces los golpes, gritos y movimientos violentos pueden lesionar a los de alrededor o incluso a ellos mismos, lo que es un buen motivo para pedir ayuda.
El origen de este conjunto de trastornos es que hay una disfunción directa o indirecta de las estructuras que regulan el sueño REM en el tronco cerebral. Especialmente del núcleo subtalámico de Luys, que es una estructura que se activa con el estrés, como en el caso de las pesadillas. En una situación normal, sin trastorno, la respuesta de defensa debería estar desactivada en el sueño.
Cuando este problema aparece no puede considerarse solo
