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¿SOSPECHAS QUE TU HIJO PUEDE SUFRIR AUTISMO? ESTO TE INTERESA

Maribel Gámez, 29-6-2022

No mira a los ojos, parece distraído cuando le llamas, llora cuando hacen acto de aparición ruidos fuertes. Estas situaciones alarman a los padres cuando suceden y el niño tiene alrededor de dos años y aún no habla. Uno de los peores temores que sobrevuela a la familia con niños de estas edades es que el pequeño sufra un problema del neurodesarrollo que provoque que su evolución sea diferente al del resto de los niños. El trastorno del espectro autista es uno de esos escollos evolutivos que obstaculiza uno de los aspectos más importantes para el ser humano: la comunicación. Por esa razón cuando el niño no mira a los ojos cuando se le habla o no responde a su nombre si se le llama, saltan todas las alarmas. 

¿Sospechas que tu hijo puede sufrir autismo? Centro de Psicología aplicada Maribel Gámez
¿Sospechas que tu hijo puede sufrir autismo? Centro de Psicología aplicada Maribel Gámez

La frustración y la impotencia suelen ser emociones esperables en una situación así ya que el niño no puede decir qué le ocurre porque es muy pequeño para saberlo y a eso se suma lo esquivo que se muestra a la hora de buscar la conexión con sus padres. Es difícil en edades tan tempranas, entre el año y los tres años, realizar un diagnóstico certero sobre la posibilidad de sufrir autismo, ya que los niños tienen ritmos diferentes de desarrollo. Esto significa que un niño puede tener comportamientos que pueden ser compatibles con este problema y, sin embargo, no sufrirlo ya que la causa de lo que le ocurre podría ser resultado de que su capacidad de atención y/o su desarrollo en general va más despacio que en el resto de niños.

Si quieres conocer más aspectos sobre este problema del desarrollo infantil, en el artículo que publiqué en el Blog de Malasmadres con ocasión del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo amplío este y otros aspectos alrededor de la dolencia.

 

Aunque no se puedan hacer diagnósticos precisos a esta edad, sí se pueden descartar problemas médicos que puedan estar provocando esta incomunicación como, por ejemplo, las otitis de repetición, vegetaciones o problemas en los órganos  del sistema auditivo o fonador que pueden estar en la base del problema. Una vez descartados, le toca el turno de intervención al psicólogo que analiza el comportamiento del niño a través de preguntas a los padres para identificar la probabilidad de que esto se esté dando.

¿Sospechas que tu hijo puede sufrir autismo? Centro de Psicología aplicada Maribel Gámez
¿Sospechas que tu hijo puede sufrir autismo? Centro de Psicología aplicada Maribel Gámez

Uno de los instrumentos que más se utilizan es el  M-Chat- R/F. Este cuestionario, que está en abierto para todo el mundo en inglés y en español, se compone de una serie de preguntas, en concreto 20, dirigidas a los padres que estos deben responder según lo que han observado del comportamiento de su hijo. No puntualmente, sino comportamientos generales.

 

La idea de este cuestionario utilizado en clínica es permitir un acercamiento inicial al problema, ver si hay suficientes indicadores como para seguir investigando la posibilidad de que el pequeño pueda tener un problema del desarrollo. Pero también puede servir directamente a los padres para obtener más información sobre lo que le ocurre a su hijo e ir con los resultados obtenidos a un profesional de la psicología, si ese es el siguiente paso que se debe seguir.

Y obtener los resultados es sencillo. Todas las respuestas en las que se afirmen las frases que aparecen en el cuestionario indican riesgo de padecer el trastorno. Sin embargo, las preguntas cuyos números son 2, 5 y 12 van al contario: un "no" indica ese riesgo.

Las autoras, Diana Robbins, Deborah Fein y Marianne Barton (© 2009 Robins, Fein, & Barton), han establecido orientaciones sobre cómo actuar dependiendo de la puntuación que se obtenga tras dar las respuestas al test. Para ellas, una puntuación entre 0 y 2 indica poco riesgo de sufrir el trastorno y recomiendan volver a pasar el test en el segundo cumpleaños, si es que estaba por debajo de esa edad la primera vez que se le pregunta a sus padres por su comportamiento.

¿Sospechas que tu hijo puede sufrir autismo? Centro de Psicología aplicada Maribel Gámez
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Valoran un riesgo medio de padecerlo cuando existen entre 3 y 7 respuestas de las 20 que así lo indiquen. Entonces se recomienda ampliar la información a través de preguntas que den más detalles sobre cada una de las respuestas que indican ese riesgo. En su versión del año 2009 ofrecen unos diagramas que ayudan en esta tarea.  Estos datos extra deben ser recogidos por un profesional que sepa cómo interpretarlos.

 

Si la puntuación sigue siendo alta se recomienda realizar un diagnóstico completo y comenzar con estimulación en programas de atención tempranas para niños de menos de 6 años. 

Si, por el contrario, el puntaje es menor de 2 simplemente se hacen seguimientos rutinarios anuales. Por último, el riesgo alto se obtiene cuando el puntaje se sitúa entre 8 y 20 puntos. En este momento se recomienda ya pasar a realizar un diagnóstico completo y exhaustivo.

Los padres deben utilizar este recurso como lo que es, una primera aproximación a conocer cuál podría ser el riesgo de su pequeño a sufrir este problema. Pero no se debe utilizar como única fuente de información. Si hay sospechas de problema tras realizar el cuestionario, médicos, psicólogos, logopedas y psicopedagogos especializados en atención temprana deben hacer su labor de diagnóstico y tratamiento. Consulta con nosotras si tienes cualquier duda o pregunta al respecto. Somos especialistas en tratamientos dirigidos a la infancia y la adolescencia y podemos ayudarte.

¿Sabías que...

…aún se desconoce en detalle el origen del trastorno del espectro autista? Sí se sabe que existe un fuerte componente genético en su origen y también factores ambientales, como enfermedades de la madre en el embarazo, que pueden aumentar las probabilidades de que se desarrolle.


En cuanto a la idea extendida de que la inoculación de vacunas, sobre todo la triple vírica (sarampión, paperas y rubeola), pueden provocar autismo, es una leyenda urbana, según todas las evidencia científicas.

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