Un nuevo implante cerebral transformará la interacción humano-ordenador y ampliará las posibilidades de tratamiento para afecciones neurológicas como la epilepsia, las lesiones medulares, la ELA, los accidentes cerebrovasculares y la ceguera, ayudando a controlar las convulsiones y a restaurar la función motora, del habla y visual. Esto se logra mediante un enlace de información mínimamente invasivo y de alto rendimiento que se conecta directamente con el cerebro.