Personas que sufren autismo, discapacidad, jóvenes en riesgo de exclusión social, mayores dependientes... La lista que se puede confeccionar es interminable si pensamos qué colectivos son especialmente vulnerables a desarrollar problemas de salud mental. Los profesionales que trabajamos directamente ayudando, de una u otra forma, a las personas que lo requieren sabemos que las necesidades de la sociedad son cada vez mayores y más complejas.