No se dan en los colectivos juveniles, universitarios o no, femeninos o masculinos, comportamientos solidarios masivos con elevado coste para quienes los ejercen. Aceptar tener un expediente académico mediocre para que tus compañeros no corran el riesgo de perder la vida o ir a la cárcel no entraría en la mente de la mayoría de nuestros jóvenes contemporáneos. Ni en Estados Unidos ni en España.