Un bajo rendimiento escolar es una fuente de preocupación para los padres, que observan cómo su hijo suspende sin ser capaz de remontar. Buscar entonces las causas que lo originan es el primer paso para, posteriormente, realizar una intervención precisa e individualizada para resolver el problema.
Estas evaluaciones, realizadas por un profesional, consisten en un proceso donde se recoge información sobre diferentes áreas del niño, cubriendo todas las que sean susceptibles de generar ese bajo rendimiento que presenta. El nivel de inteligencia es una de ellas. Tanto la baja inteligencia como una capacidad significativamente por encima de la media pueden provocar fracaso escolar. En el primer caso debido a la necesidad de estimulación o apoyos extra, en el segundo por factores relacionados con la falta de motivación orientada al estudio, al verse el niño superdotado expuesto a aprendizajes académicos harto conocidos por él, aburriéndole.
Otras áreas a tener en cuenta son las habilidades cognitivas básicas: en qué nivel se encuentra su memoria o la capacidad para mantener la atención y el razonamiento espacial, entre otras. Estas habilidades son medidas a través de test y de entrevistas con los padres, con los profesores y con el propio niño. Hay que considerar además la posibilidad de que exista un problema de aprendizaje, como la dislexia o las dificultades en la realización de operaciones matemáticas. En este caso y, con el fin de ayudarnos a encontrar las causas de un mal rendimiento, el Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez colabora con el Gabinete Más que palabras, liderado por Inma Colchón, logopeda y lingüista que cuenta con una gran experiencia a la hora de detectar y tratar estos problemas.
Por último, no hay que olvidar que también los asuntos emocionales y los procesos adaptativos, como la separación de los padres o la llegada de un nuevo hermano, pueden generar un bajo rendimiento. Durante el proceso de evaluación es común pedir a los niños, sobre todo a los de los primeros cursos de primaria, que hagan un dibujo de la temática que ellos elijan. De esta manera, a través de la expresión artística, se pueden detectar indicadores de problemas emocionales y conseguir más información de cómo el niño percibe su entorno y a él mismo. Dejando joyas tan bonitas como las de las imágenes.
En conclusión, bajo los problemas escolares pueden subyacer varias causas que impiden al niño alcanzar los hitos académicos.
Es aconsejable actuar rápido cuando se detecta un problema de bajo rendimiento escolar y comenzar así, un proceso de evaluación para detectar sus causas y empezar cuanto antes a ayudar al niño que no rinde. No hacerlo no solo influye en sus notas sino también en su autoestima que se nutre en la edad escolar de los éxitos académicos.
Si tu hijo esta en una situación así, no dudes en llamarnos. La primera sesión no tiene coste.
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