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  • Foto del escritorAlvaro Sánchez

CIENCIA O PSICOANÁLISIS

Actualizado: 18 abr 2023


Ciencia o psicoanálisis. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Este texto es resultado del compromiso que adquirí con una de las más asiduas participantes del Blog, nuestra gran amiga Eva. Iniciado como respuesta a una intervención suya en la entrada de Beatriz Lamora ‘Inteligencia emocional, ¿qué es?’, enseguida me di cuenta de que excedía ampliamente el espacio de una respuesta y prometí que en la siguiente actualización del Blog sería la propia entrada. Por eso mantengo la estructura de respuesta.


Hola, Eva.


Una vez más tus aportaciones al Blog resultan, y por más de un motivo, particularmente interesantes. Ya te ha comentado Maribel su punto de vista profesional sobre la eficacia y la racionalidad comparativa entre las diferentes terapias y te ha facilitado documentación que lo muestra. Ahora me gustaría hacer alguna reflexión sobre el psicoanálisis desde un punto de vista más filosófico, metacientífico.


Ciencia o psicoanálisis. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Yo no creo que el psicoanálisis se enmarque en el ámbito de las ciencias de la salud, como sí lo hace sin ningún género de duda la terapia cognitivo-conductual. Hay personas infelices que acuden a un psicoanalista y, tras muchos meses e incluso años de charla con el terapeuta, en la que han desnudado su mente y remitido casi a los ecos del útero materno, se encuentran mejor de ánimo. Otros, en cambio, hacen de la visita semanal al diván una rutina que les ayuda a sobrellevar la misma infelicidad. Y, finalmente, muchos, quizá la mayoría, se cansan después de varios meses de esperar una mejoría que nunca llega y demandan otras formas de terapia psicológica más breves y efectivas.


Algo parecido ocurriría, si bien se examina, si en lugar de acudir a un psicoanalista lo hubieran hecho a un buen amigo dotado de sentido común. O, si fuera un ferviente católico, al cura de su parroquia: unos se encontrarían mejor después de compartir su problema, otros seguirían más o menos igual y la mayoría acudiría a un profesional de la salud solvente a que se lo resolviera.


Ciencia o psicoanálisis. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Resulta significativo que en la literatura psicoanalítica haya un clamoroso silencio sobre protocolos de actuación cuantificables y estadísticas de éxitos terapéuticos. No parece que los profesionales del psicoanálisis gusten de compartir públicamente con otros colegas estas cuestiones relativas a sus prácticas profesionales. Lo que sí hacen, aunque tampoco con frecuencia como para tirar cohetes, los psicólogos cognitivo-conductuales. Incluso los gestálticos son más expansivos que los psicoanalíticos en este sentido.


Esto queda claramente de manifiesto en las tablas que publica Castro Solano en ‘¿Son eficaces las psicoterapias psicológicas?’, uno de los artículos que cita Maribel en su respuesta, donde se puede leer repetidamente la expresión “Soporte empírico limitado”, eufemismo de “No hay datos”, al referirse a la validez empírica de los tratamientos psicoanalíticos.


Ciencia o psicoanálisis. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Lo que sí gustan de dar a conocer los psicoanalíticos son impresiones subjetivas, aunque de inocultable voluntad universalizadora, de sus experiencias con pacientes concretos, convertidos para la ocasión, para cada ocasión, en El Paciente Total. Y no lo hacen mal; de hecho algunos lo hacen muy bien, demostrando unas habilidades literarias que sobrepasan ampliamente sus actitudes, si no sus aptitudes, sanitarias. Tradición literaria que, todo hay que decirlo, arranca de Freud y La interpretación de los sueños, a caballo entre el boom sociológico y el best-seller de detectives ¿Quién es el culpable? Así que es más bien en el ámbito de la literatura, y no en el de la sanidad, donde hay que situar el psicoanálisis.


Ahora bien, yerraría quien interpretara todo lo anterior como una descalificación absoluta del psicoanálisis por mi parte. De hecho, todo lo contrario, considero que Freud y el psicoanálisis constituyen una aportación esencial a la erección de la contemporaneidad. Pero no en el ámbito de la salud, sino en el de la sociología y, correlativa e inevitablemente, en el de la política.


Ciencia o psicoanálisis. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Sigmund Freud se incardina entre los gigantes de una época que, desde Picasso o Malevich en arte hasta Joyce en literatura; desde Einstein en física y cosmología hasta los hermanos Wright en ingeniería; desde Alexander Fleming en medicina hasta Vladimir Ilich Ulianov en política, y tantos otros en casi todos los campos, transformaron el mundo hasta dejarlo irreconocible respecto a como lo habían recibido. Fueron revolucionarios todos ellos, en sentido estricto, porque lo fueron los resultados de sus obras.


Que una persona sea consciente de que sus más íntimas y aterradoras pulsiones, sus más ocultos y pecaminosos deseos, resultan ser bastante vulgares porque en mayor o menor grado, esos mismos u otros semejantes son compartidos por la práctica totalidad de la sociedad es tranquilizador para la persona. Que de eso mismo sea consciente la mayoría de la sociedad es radicalmente transformador, es revolucionario.


Ciencia o psicoanálisis. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

No tenemos que expiar una culpa vergonzosamente oculta. Todas las personas, o prácticamente todas, podemos levantar la vista y mirar con cierta tranquilidad a nuestros amigos y vecinos sabiendo que hay madres que experimentan en ocasiones el deseo de ahogar a su bebé y que muchos adolescentes querrían meterse en la cama de su hermana. Pero, y aquí está la clave, no lo hacen. Lo piensan, lo pensamos, pero no lo hacemos. Mucho nos complacería pegar un tiro a ese odiado político o a nuestro aborrecible e insoportable jefe. Pero no lo hacemos aunque en ocasiones nos regodeemos en pensarlo.


Antes de Freud, eso nos hubiera llevado al confesionario individualmente y en masa, entrando en el circuito de difícil salida pecado-condena-expiación-salvación-pecado, para deleite de los teócratas gobernantes. Pero una vez socializado el deseo de pecar, si todos deseamos pecar pero no lo hacemos, no peca nadie. El pecado y la culpa judeocristiana se desvanecen y por primera vez en la historia el ciudadano se reconoce libre y reconoce libres e iguales a los otros ciudadanos, con los que comparte su forma de ser.


Ciencia o psicoanálisis. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Freud lo explica como resultado del balance entre el yo, el super yo y el ello, pero no es en el individuo donde se localizan tales entidades. Tampoco podemos señalarlas con el dedo en el seno de la sociedad; pero, atención, la cuestión no es si realmente existen, sino si operan como tales constructos sociales. Porque sabemos desde Spinoza que es posible construir imaginarios que devienen en realidad cuando la sociedad, o al menos un número suficiente de sus miembros, así lo asumen.


Somos sujetos de deseos confesables e inconfesables, simplemente eso. No hay más, salvo la Ley, si fuera menester. Por cierto, la otra cara de la moneda es que también somos objeto de similares deseos. Compartimos como humanos las mismas estructuras mentales. Unas estructuras mentales que, según Lacan, posibilitan tanto el lenguaje como el inconsciente y permiten elaborar una teoría del sujeto, no sólo biológico, sino verbalmente constituido, y precisamente sobre la primacía del significante: somos, entonces, ente inconsciente y significante.


Lingüística, sociología, literatura… pero no ciencia de la salud. Aunque luego acabe influyendo, eso sí: una sociedad más sana implica unas personas más sanas.


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