¿A qué llamamos inteligencia? La inteligencia no es algo que exista, que tenga entidad. Es una idea, un constructo, una entidad hipotética que no se sabe muy bien cómo definir. A pesar de ser tan escurridiza, la utilizamos todos los días para categorizar a los demás dentro de un continuo, según la muestre más o menos a menudo. Y eso es porque la inteligencia es algo que se demuestra, y podemos detectarla en una persona si nos fijamos bien en cómo se comporta.
Dentro de su definición caben muchos procesos y habilidades humanas, de tipo cognitivo, que pueden evaluarse con la intención de medirla. Entre ellas se encuentran la capacidad de atención, la percepción, el razonamiento, la memoria y la habilidad de resolución de problemas, entre otras. Esas capacidades se intentan medir a través de una serie de instrumentos psicológicos que se desglosan en tareas, cuyos resultados se pasan a unas escalas que nos permiten, a los psicólogos, conocer cuán inteligente es alguien y comparar sus resultados con los de los demás.