LOS PREMIOS FRONTERAS DEL CONOCIMIENTO Y LA PSICOLOGÍA
- Centro de Psicología Maribel Gámez
- hace 21 horas
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El pasado jueves 19 de junio tuvo lugar en Euskalduna Bilbao la gala de la entrega de los Premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA correspondientes a su XVII edición.
Los Premios Fronteras del Conocimiento quieren reconocer e incentivar la investigación y creación cultural de excelencia, en especial aquellas contribuciones de amplio impacto por su originalidad y significado. La denominación de estos premios hace referencia tanto al trabajo de investigación capaz de ampliar el ámbito del conocimiento —desplazando hacia delante la frontera de lo conocido— como al encuentro y solapamiento entre áreas disciplinares. Los Premios Fronteras distinguen avances fundamentales, disciplinares o supradisciplinares, en ocho categorías:
Ciencias Básicas (Física, Química, Matemáticas)
Biología y Biomedicina

Tecnologías de la Información y la Comunicación
Cambio Climático y Ciencias del Medio Ambiente
Economía, Finanzas y Gestión de Empresas
Humanidades
Ciencias Sociales
Música y Ópera
La orientación de los Premios Fronteras responde a los siguientes principios, según explica la página web de la Fundación BBVA:
Reconocer la importancia del conocimiento básico que, sin perjuicio del valor de otras formas de investigación aplicada promovida por las políticas científicas de las últimas décadas, sigue constituyendo el motor fundamental del cambio científico e, indirectamente, del progreso y bienestar material, además del desarrollo de la cultura.

Atender al carácter interdisciplinar del conocimiento en las últimas décadas del pasado siglo y en el presente, motivando un agrupamiento de áreas reflejo de la interacción y el solapamiento entre disciplinas (Física, Química, Matemáticas; Biología y Biomedicina; Economía, Finanzas y Gestión de Empresas), al tiempo que se preserva la posibilidad de reconocer avances de significado especial en tan solo una de ellas.
Reconocer el hecho de que muchas de las contribuciones decisivas al conocimiento de nuestra época son resultado de la colaboración de grandes equipos de investigadores, lo que lleva, a diferencia de otros que recaen en una sola persona o, en todo caso, en un número no superior a tres, a aceptar la posibilidad de hacer objeto del galardón a uno o más equipos, sin restricción del número de sus integrantes, siempre que el avance premiado haya sido resultado del trabajo conjunto o paralelo de distintos investigadores.

Realzar, junto a las ciencias básicas y naturales así como la tecnología, la importancia de las humanidades y las ciencias sociales, y establecer una categoría que premia la creación de excelencia en uno de los ámbitos más innovadores y que más influye en el modelado de la cultura y sensibilidad de una época, como es la música de nuestro tiempo.
De especial interés para nuestro campo, la Psicología, han resultado los premios correspondientes a las Ciencias Sociales y Tecnologías de la Información y la Comunicación.
En Ciencias Sociales el premio ha recaído en los psicólogos sociales Icek Ajzen (Universidad de Massachusetts Amherst), Dolores Albarracín (Universidad de Pennsylvania), Mahzarin Banaji (Universidad de Harvard), Anthony Greenwald (Universidad de Washington) y Richard Petty (Universidad Estatal de Ohio) por sus contribuciones innovadoras, que han revolucionado la Teoría de las Actitudes y sus aplicaciones prácticas.

El trabajo de los galardonados ha “contribuido significativamente a predecir y comprender el comportamiento humano: cómo se persuade a las personas, qué sesgos ocultos pueden tener y cómo se pueden cambiar las actitudes”, afirma el acta del jurado.
En la actualidad, sus investigaciones ya tienen aplicaciones prácticas en diferentes ámbitos e incluyen desde el diseño de campañas de vacunación y prevención de enfermedades de transmisión sexual a estrategias para luchar contra la desinformación y las teorías conspirativas o fórmulas para incluir pruebas válidas en juicios. Además, sus aportaciones a la Teoría de las Actitudes pueden ayudar a los responsables políticos y otros agentes sociales “a prevenir fenómenos sociales negativos como la polarización, los prejuicios étnicos y los estereotipos infundados”.

Llama poderosamente la atención que investigaciones fundamentales en Psicología se enmarquen e incluso se galardonen dentro del área de las Ciencias Sociales. Sin embargo, en España, primero la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, y posteriormente la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, establecen inequívocamente la pertenencia de la Psicología al ámbito de las Ciencias de la Salud.
¿Y fuera de España? Pues en Estados Unidos, nada menos que la National Institute of Mental Health (Instituto Nacional de Salud Mental) y la prestigiosa American Psychological Association (Asociación Estadounidense de Psicología) coinciden plenamente también con esta consideración sanitaria. Otra cosa es que investigaciones y descubrimientos en el ámbito de las Ciencias de la Salud tengan fuerte trascendencia social y económica.

Por citar un ejemplo muy claro, el Nobel de Medicina en 2023 fue para Katalin Karikó y Drew Weissman, padres de la vacuna de ARN mensajero contra el COVID-19. Obviamente, las consecuencias sociales y económicas de la vacuna contra el coronavirus de Wuhan son ingentes, pero el galardón que reciben sus iniciadores es el de Medicina, no el de Economía.
Es esta una polémica que hace ya mucho tiempo que debería haberse superado, y quizá no sea ajeno a su sostenimiento en el tiempo el hecho innegable de que para muchos economistas y políticos, la salud mental es un gasto, social por más señas, mientras que investigar sobre “predecir y comprender el comportamiento humano” podría muy bien ser considerado una inversión con retorno razonablemente seguro.

Por otra parte, el premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación ha recaído en Anil Jain (Universidad de Michigan State, EE. UU.) y Michael I. Jordan (Universidad de California Berkeley, EE. UU.) por sus aportaciones fundamentales al aprendizaje automático, que han impulsado el desarrollo de la biometría y la inteligencia artificial.
La investigación de Jain se ha centrado en el reconocimiento de patrones, logrando “contribuciones monumentales” –en palabras del jurado– al reconocimiento de las personas tanto a través de sus huellas dactilares como de la identificación facial, con tecnologías que hoy se aplican masivamente en el ámbito de la seguridad, tanto para la investigación criminalística como para el acceso a teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos.

En paralelo, y de manera independiente, los algoritmos creados por Jordan para realizar predicciones han sentado las bases matemáticas de modelos de inteligencia artificial como el que utilizan ChatGPT o Amazon en sus sistemas de recomendación, dando pie a multitud de aplicaciones de apoyo a la toma de decisiones económicas de consumidores y empresas.
Jordan fue uno de los pioneros en el desarrollo de los llamados métodos de inferencia variacional, en los que se aproxima la solución a un problema matemático que no es factible resolver con los recursos computacionales disponibles, reduciéndolo a un problema de optimización . Esta técnica, desarrollada en los años 90 del siglo pasado, es un componente central de las aplicaciones de aprendizaje profundo como la inteligencia artificial generativa de ChatGPT y otros modelos de lenguaje.

Diez años más tarde, Jordan se planteó cómo multiplicar las posibilidades del aprendizaje automático, ejecutando los programas en cientos o miles de ordenadores en lugar de en uno solo. Los algoritmos que desarrolló condujeron a la creación de la empresa Anyscale, cuya plataforma todavía sirve de base a ChatGPT, a numerosas empresas de comercio electrónico y a muchas más aplicaciones del aprendizaje profundo.
Más recientemente, el galardonado se ha centrado en estudiar las aplicaciones del aprendizaje automático a otros ámbitos, que van desde la economía hasta el tráfico.
Por todo ello, el jurado concluye que las contribuciones de ambos premiados han tenido un impacto transformador “en la vida cotidiana”, dejando “una huella indeleble en el tejido de la sociedad de la información actual y futura”.

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Ai te vemos un día Maribel!! Jijiji
Avanzamos tanto desde lo social como de las salud. Buena noticia.
¡Superinteresante, había oído hablar de estos premios, pero los relacionaba con la Física y ciecias fuertes!