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MI RELACIÓN CON UN NARCISISTA

Una historia en primera persona que acaba bien


‘Eco y Narciso’. John William Waterhouse, 1903. Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez
'Eco y Narciso’. John William Waterhouse, 1903

“Él dice saber más que un letrado, un juez o un contable. Se cree perfecto. Todas se las sabe. Y nos hace creer que somos unos auténticos privilegiados de su talento.” Carlos, nombre ficticio, es capaz de contar con detalle cómo es vivir cerca de una persona narcisista. Su relato es impagable a la hora de ayudar a otros a identificar si se encuentran ante alguien con este problema y, también, a saber que es posible aprender a protegerse de los problemas que provocan.


Y, justo para eso, para protegerse y vivir mejor, decide Carlos, administrativo que vive en Tenerife, acudir a terapia. Para entender y manejar las consecuencias a nivel psicológico que los comportamientos diarios de su jefe tenían sobre él. Carlos sabía muchas cosas sobre su superior antes de acudir a terapia, datos que representaban piezas de un puzle sin acabar. Sin embargo, aún no era capaz de poner nombre a todo el conjunto. No hasta que llega al Centro de Psicología Aplicada y Blanca, su psicóloga, le ayuda a entender qué le ocurre.


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Así lo cuenta Carlos: “Antes de mi terapia me notaba muy inseguro, con bajo nivel de autoestima. Me sentía en la necesidad constante de buscar el aplauso de mi jefe, quería que me valorase. En tanto esfuerzo empleado buscaba simplemente una recompensa; un "bien hecho" o "buen trabajo", nada más. Pero esto nunca llegaba. No entendía por qué me abroncaba tanto, me menospreciaba, me subestimaba.”


Al inicio de este artículo Carlos describe con sus palabras tres de las características básicas que muestra una persona narcisista, particularidades que todo el mundo debería conocer para poder detectar su presencia. La primera: muestran sentimientos de grandeza y prepotencia, exagerando sus logros y talentos.


Estas personas esperan ser reconocidas como superiores a los demás. Eso no sería algo raro si contaran con pruebas de esos logros y talentos, pero en el caso del narcisista no está justificado, ya que no cuentan con los éxitos que corresponderían a alguien que espera semejante reconocimiento.


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

“Si no supiera que no tiene estudios, no dudaría en pensar que fuera un experto en marketing. Sabe perfectamente cómo convencer a una persona, cómo influir en su voluntad”, cuenta Carlos. No es fácil detectar que se está ante una persona que es tan hábil vendiéndose a sí mismo. Carlos cuenta cómo comenzó a analizar el comportamiento de su jefe para descubrir que estaba ante una persona narcisista.


Tras reflexionarlo con Blanca, empecé a ver su cara B. Un simple comentario de él, que le escuché decir de su propia boca, fue el detonante para comenzar a detectar su problema. Mi decepción había sido de tal calibre, que desde entonces empecé a observarlo, a analizar sus actos, y en definitiva, a estudiar su modus operandi. Tras contrastar mis humildes impresiones con Blanca, le pillé: descubrí que el muchacho sufriría un trastorno narcisista. Tras llegar a esa conclusión, comencé a alucinar en ver sus sucias artimañas, sus cuestionables estrategias.”


Y es que su jefe, Joaquín, nombre también ficticio, cree que es “especial” y único y sólo pueden comprenderle o solo puede relacionarse con personas o instituciones especiales o de alto estatus. Es la segunda característica que define a las personas con este trastorno de personalidad.


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Ya hablamos en el Blog de este tipo de problemas psicológicos, los trastornos de personalidad, que condicionan a quién lo padece en su forma de relacionarse con los demás generando continuamente problemas a su paso. En el caso del trastorno de personalidad narcisista su autoconcepto es tan alto que piensa que solo debe juntarse con personas de un estatus superior, como el suyo. No vale cualquiera para establecer una relación.


Tan seguros están de sí mismos las personas narcisistas que buscan la admiración de los demás como confirmación de su desmedida autoestima. La enorme necesidad de que los demás se maravillen ante él es la tercera característica que les define y a la que hacía alusión Carlos. Tras pasar muchas jornadas con su jefe vio que siempre intentaba “hacer ver que él está intelectualmente por encima de los demás”.


Así se muestran al mundo, con la idea de ser superiores, especiales y únicos y con la expectativa de que los demás den muestras de que se dan cuenta de ello y se comporten en consecuencia.


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Tan preocupados están de la imagen de sí mismos que proyectan hacia los demás que no son capaces de empatizar con las emociones y necesidades de los que tienen alrededor. Carlos pudo vivir, en primera persona, la falta de vinculación que estos individuos presentan muchas veces.


“Sabe perfectamente cómo convencer a una persona, cómo influir en su voluntad. Utiliza un lenguaje idóneo para ello, un tono de voz ajustado a su puesta en escena, un argumentario donde promete cosas aparentemente realistas, motiva a su víctima haciéndola creer que su ayuda es de vital importancia, apelando siempre al altruismo y al buen hacer. Cuando su víctima acude al pasado para contradecirle antes de caer en su trampa, él cambia la historia en su beneficio, es capaz de improvisar un relato creíble para hacer ver que eso que creía la víctima no era así, y que en su mano está la solución, convirtiéndolo en responsable del cambio”


Aunque lo que sienten los demás no les preocupe, no están exentos de estrategias para conseguir lo que quieren a través de las relaciones. La manipulación es una de sus favoritas, que usan con el fin de utilizar a los que le rodean para conseguir sus objetivos.


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

“Quedé anonadado en ver cómo manipulaba a la gente a su antojo. Observaba cómo con su verborrea, haciendo gala de una fuerte seguridad en sí mismo, lograba engatusar a cualquiera. Sí, a cualquiera. Gente de todo tipo, incluso personas muy inteligentes y muy formadas, como por ejemplo abogados, asesores fiscales, aparejadores, banqueros, y un largo etcétera”


A quién sea, porque se atreven a intentar manipular a cualquiera impulsados por la idea de grandeza que sienten de sí mismos. Su problema de falta de empatía, utilización de estrategias manipuladoras y daño a los que tiene alrededor se evidencia en varios contextos en estas personas, tal y como detectó Carlos, no solo en el trabajo.


“Con su mujer, simplemente le basta con hacerle un regalo o darle una caricia, para hacerle olvidar las infidelidades. Yo más de una vez le he dicho “te vendes por un beso”, cuando me viene hablando mal de él. Lo mismo ocurre con sus padres, no paran de dejarle dinero porque siempre les convence afirmando que sus ideas son muy brillantes y esto haría que se enriquezcan rápidamente. A cambio, él les ofrece paseos, viajes y compañía. O sea, que si la mujer se “vende” por un beso, sus padres lo harían por un viaje.”


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

“Con sus trabajadores, en cambio, les basta con invitarles a una comida. Tira de generosidad con la misión de hacerles creer que su intervención en según qué cosas va a ser de suma importancia para la empresa. Y luego claro, les hace sentir responsables del fracaso”


Con estas características ya habréis adivinado que son personas que nunca decidirán acudir a la consulta de un psicólogo. Para eso hay que reconocer que uno necesita que le echen una mano con un problema. Esta posibilidad es algo imposible para un narcisista experto en volcar la culpa a los demás de los problemas que surgen mientras protegen su imagen de cualquier daño que la crítica pueda hacerles.


Solo hay una excepción a esta afirmación: cuando experimentan un fracaso tan grande que les provoca un sufrimiento intenso y, como consecuencia, tienen irremediablemente que revisar la idea que tienen de sí mismos. Una decepción laboral o personal grave que les haga sufrir como nunca han sufrido, sería una oportunidad para que se planteen pedir ayuda. En ese momento, si eso ocurre, atravesarían, por un proceso depresivo, indicador de un duelo por la pérdida de la idea que tenían de sí mismos.


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Esa situación, dolorosísima para ellos, genera una posibilidad de construir una forma de ser diferente, alejada del trastorno de personalidad, más sana y realista.


Esa posibilidad de búsqueda de ayuda en los narcisistas es remota pero lo que sí se puede conseguir es modificar la forma de relacionarse con estas personas para protegerse del daño que provocan. Carlos lo consiguió gracias a Blanca.


“He hecho valer mi argumento, tanto si estaba equivocado o no, sin que me pise y haga de las suyas. Afortunadamente, yo ya juego en otra liga. Pasé del decirle “si” a todo sin rechistar, al “no” cuando lo considerase oportuno."


"Cuando empecé con mi despliegue de “noes”, temía muchísimo su reacción. Sabía que esos “noes” traerían consigo un peaje muy caro. Pero estaba dispuesto a pagarlo, y a ser consecuente con ello. Y la verdad estoy satisfecho de ello. Esos “noes” me hacen más libre, y sin duda, me compensan.”


Mi relación con un narcisista. Una historia en primera persona que acaba bien. Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

“Al escribir estas líneas me acuerdo de tantos compañeros que han estado o se encuentran de baja por depresión y de proveedores que están cerca de la ruina, como consecuencia de su relación con él.


Pero siendo justos, creo que no sólo debería cambiar él, sino también su entorno. Es decir, deberíamos tener más criterio propio, contrastar más con la realidad, tener más conocimiento de este tipo de trastornos, y en definitiva, no dejarse llevar por unas simples técnicas disuasorias”


Estar cerca de alguien con este trastorno aumenta la probabilidad de desarrollar problemas de ansiedad y depresión. Después de leer el artículo, ¿te sientes identificado con el relato de Carlos? No dudes, ven a vernos y cuéntanos. Podemos ayudarte.



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