¿MIEDO IRRACIONAL A SEPARARTE DE TUS SERES QUERIDOS?
- Maribel Gámez
- hace 3 días
- 4 Min. de lectura
QUIZÁ SUFRAS ANSIEDAD DE SEPARACIÓN

¿Te despides con angustia de tu pareja cada mañana al irte al trabajo? ¿No eres capaz de disfrutar de un fin de semana de despedida de soltero con los amigos porque sientes mucha inquietud que solo se calma volviendo a casa?
Si es tu caso, es posible que sufras un problema psicológico llamado ansiedad de separación. Como el propio nombre indica, hace referencia a la reacción de miedo o ansiedad intensa que experimentan las personas al temer que alguna situación adversa les separe de la gente a la que quieren. Quizás estés pensando que es normal sentir miedo ante la perspectiva de separarte o perder alguien a alguien querido. Sin embargo, este miedo se sitúa fuera de lo razonable cuando se ocurre de manera frecuente y muy intensa ante situaciones que no son peligrosas, es decir, que no implican una amenaza para la continuidad de la relación entre dos personas.

La ansiedad de separación es un problema que comienza en la niñez. Los niños que la padecen viven con angustia situaciones muy cotidianas, como ir al colegio, viajar de excursión con su clase o dormir en casa de un amigo. Perderse o ser raptados son circunstancias que temen que les ocurran porque podrían significar la separación definitiva de sus padres. Ese miedo puede colarse en el sueño de los más pequeños y provocar que sufran pesadillas, ensoñaciones terribles en las que aparecen situaciones catastróficas que tienen como resultado que se quedan solos.
Pero no solo les puede asustar lo que les pase a ellos, también les preocupa que algo malo les ocurra a sus padres como, por ejemplo, que enfermen o mueran y , de esta manera, no puedan volver a verlos. Aparte de las pesadillas, los niños, cuando prevén una separación de sus figuras significativas, suelen quejarse de problemas físicos como dolores de cabeza, de estómago, sufrir nauseas e incluso llegar a vomitar.

La cuestión es que sin las personas que les rodean se sienten terriblemente desvalidos, solos y desesperanzados ante cualquier situación de la vida.
Como decía, es un problema que empieza en la niñez cuando los niños comienzan a tener una edad en la que deberían tener recursos para manejar diferentes situaciones sin ansiedad; como, por ejemplo, permanecer muchas horas en el centro escolar o pasar alguna noche sin sus padres. Sin embargo, siguen dependiendo del adulto para enfrentarse con éxito a ellas y, a falta de su presencia, quieren evitarlas por el malestar que les genera.
Si esta falta de independencia no se resuelve, el miedo a la separación puede mantenerse en la vida adulta. Los que eran niños, al hacerse mayores, pueden seguir viviendo con gran angustia las separaciones, en este caso de la pareja, buscando una presencia física continua y un contacto constante porque es lo único que puede calmar su malestar.

La cuestión principal es que a ambos, tanto a niños como a adultos, este problema les limita la vida. El miedo provoca que, por querer estar cerca de quienes quieren, busquen la compañía de esas personas y de nadie más. Así que pueden perder oportunidades sociales por el malestar que sienten al estar lejos de sus seres queridos y vivir con mucho sufrimiento estar en el colegio o en el trabajo, lo que genera dificultades de concentración, angustia y bajo rendimiento.
Pero, ¿qué provoca este problema? El trastorno de ansiedad de separación tiene su origen en el establecimiento del apego o relación especial que construimos desde que nacemos. Una relación en la que el bebé necesita la protección de los adultos de su alrededor que deben cubrir las necesidades que el pequeño no puede satisfacer por sí mismo. Entre estas necesidades no solo está alimentarse o ser vestido sino que, a través del contacto físico y la presencia protectora del adulto, el bebé consiga calmar sus malestares emocionales y físicos aprendiendo poco a poco a regular lo que siente él solo.

Si lo consigue, si logra aprender, podrá ir separándose sin miedo de sus padres gradualmente. Cuando los padres, por el motivo que sea, no son capaces de calmar a su hijo en la mayoría de las ocasiones, este no aprende de ellos cómo hacerlo de manera independiente y pide la presencia de sus figuras de apego para tranquilizarse, aunque no le respondan adecuadamente de manera habitual. Esto es así porque los adultos no fallan en todas las ocasiones, y sí consiguen eventualmente calmar las sensaciones de intensa desprotección y vulnerabilidad que siente un niño que no tiene recursos de gestión emocional con su sola presencia. Al crecer y continuar está dinámica en la que se delega en los padres gestionar el malestar, continúan sin saber qué hacer con lo que sienten cuando están físicamente lejos de ellos.
Como el aprendizaje de la autorregulación emocional es lo que falla en las personas que viven con este trastorno, aprender a gestionar lo que se sienten es la solución al malestar. Durante el proceso de terapia, poner en marcha ejercicios de autoobservación ayudará a que la persona con ansiedad de separación pueda prever cuándo se sentirá solo y desprotegido.

Así podrá prepararse con estrategias que le hagan sentir, poco a poco, en control de sus emociones, sin que estás le desborden ni dependa de los demás para calmarlas. En el tratamiento psicológico encontrará una explicación biológica al motivo por el que cuerpo reacciona con angustia y miedo.
También podrá saber por qué ese malestar aparece en unas situaciones y no en otras, es decir, por qué el cuerpo reacciona con miedo intenso cuando se dan ciertas circunstancias. Por último, podrá poner en marcha recursos específicos para poder calmar el cuerpo, poco a poco, como la respiración y la relajación, con el fin de conseguir que esas situaciones sean cada vez menos intensas emocionalmente hasta que dejen de ocurrir definitivamente.
El objetivo de la terapia en estos casos es la máxima autonomía emocional del paciente para conseguir tener una vida sin miedo.

Si te sientes identificado con lo que has leído y no sabes cómo ponerle remedio, ven a vernos, tenemos soluciones para ti.
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Yo, por suerte, no he experimentado nada parecido a eso, pero me lo puedo imaginar perfectamente si pienso en separarme de un hijo cuando lo tenga.
Desde que murió mi madre alguien me ha puesto un pie encima, creo que el miedo lo he tenido antes de que muriera
Pues a.mi me pasa lo. Contrario que me pongo muy contenta, ji,ji
Yo me tengo que separar de mis seres queridos varias veces al año y por periodos prologados (me dedido a la navegación a vela) y cada vez se me hace más insoportable. Creo que en breve tendre que buscarme otro empleo menos demandante de tiempo audente. Práctico de puerto o algo así, que me permita dormir todas las noches en casa.