En ciencias de la salud es sobradamente conocido que la posición socioeconómica (SEP) de las personas resulta determinante a la hora de establecer sus expectativas de salud y esperanza de vida. Ahora un amplísimo y prolongado estudio sobre más de un millón de fineses ha venido a ratificar este extremo en el ámbito específico de la salud mental. Por ejemplo, y anticipando resultados, a la edad de 52 años, el 58% de las personas que tenían un bajo nivel educativo a la edad de 30 años fueron diagnosticadas posteriormente con un trastorno mental. Es obvio que la proporción es sencillamente devastadora.
El estudio, publicado en el ´Journal of Epidemiology & Community Health´ el pasado 6 de febrero con el título ’Nivel socioeconómico a los 30 años y riesgo posterior de trastorno mental: un estudio de registro de base poblacional a nivel nacional’, ha sido realizado por Christian Hakulinen (Universidad de Helsinki), Kaisla Komulainen (U. de Helsinki), Kimmo Suokas (U. de Tampere), Sami Pirkola (U. de Tampere), Laura Pulkki-Råback (U. de Helsinki), Sonja Lumme (Instituto Finlandés de Salud y Bienestar), Marko Elovainio (U. de Helsinki) y Petri Böckerman (U. de Jyväskylä).
En el mismo se incluyó a todas las personas nacidas en Finlandia entre 1966 y 1986 que vivían en el país al final del año en el que cumplieron 30 años de edad; en total, 1.268.768 sujetos. Se siguió a las personas desde el final del año en que cumplieron 30 años hasta el primer diagnóstico de trastorno mental, la fecha de emigración de Finlandia, la muerte o el 31 de diciembre de 2017, lo que ocurriera primero. La duración máxima del seguimiento fue, por lo tanto, de 22 años completos, hasta los 52 años para los nacidos en 1966.
Se utilizaron datos de registros nacionales de Finlandia para realizar una investigación exhaustiva de la asociación entre el nivel socioeconómico a la edad de 30 años y el riesgo posterior de los principales trastornos mentales más comunes: abuso de sustancias, espectro de esquizofrenia, estado de ánimo y desórdenes de ansiedad. En cuanto al nivel socioeconómico, se estableció en base a tres valores: logro educativo, situación laboral e ingreso personal total.
Los análisis utilizaron un diseño de investigación entre hermanos para dar cuenta de las características familiares compartidas que de otro modo no se observarían y que afectan tanto al nivel socioeconómico como a la incidencia de problemas comunes.
El objetivo del estudio pretendía responder a las siguientes preguntas:
¿Están asociados con riesgo posterior de trastornos mentales los diferentes valores socioeconómicas (logro educativo, situación laboral e ingreso personal total) evaluados a la edad de 30 años?
¿En qué medida se diluyen estas asociaciones después de tener en cuenta las características familiares no observadas y el historial de trastornos mentales antes de los 30 años?
Resultados
Un total de 331.657 (26,14 %) personas fueron diagnosticadas con un trastorno mental durante el período de seguimiento. Del total de la población, el 7% tenía antecedentes de tratamiento de trastornos mentales antes de los 30 años.
Quienes tenían un bajo nivel educativo, estaban fuera de la fuerza laboral o desempleados o tenían bajos ingresos personales a la edad de 30 años, estaban en mayor riesgo de ser diagnosticados posteriormente con un trastorno mental. La asociación de una posición socioeconómica baja con un riesgo posterior de trastorno mental fue significativamente más fuerte para el abuso de sustancias y los trastornos del espectro de la esquizofrenia que para los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.
Un hallazgo importante fue que las características familiares compartidas, que pueden influir en la SEP, así como en la incidencia de trastornos mentales y la historia previa de trastornos mentales, sólo explicaron parcialmente la asociación entre la SEP a la edad de 30 años y el riesgo posterior de trastornos mentales.
Los riesgos absolutos de ser diagnosticados con un trastorno mental posterior entre las personas que tenían una SEP baja a la edad de 30 años eran considerables. Por ejemplo, el 58% de los que tenían un bajo nivel educativo a los 30 años fueron diagnosticados con un trastorno mental a los 52 años; en comparación, la estimación correspondiente para aquellos con un alto nivel educativo fue del 36%. Estos hallazgos muestran que una SEP deficiente es un factor de riesgo importante y un predictor de trastornos de salud mental a lo largo de la vida, desde la edad adulta hasta la mediana edad.
También se hacen eco de hallazgos recientes que destacan la alta prevalencia de los trastornos mentales a lo largo de la vida y, por lo tanto, muestran cómo los trastornos mentales afectan a una proporción considerable de la población.
Tradicionalmente, la asociación entre SEP y salud mental se ha explicado tanto por causa social (es decir, malas condiciones socioeconómicas que causan mala salud mental) como por su inversa, selección de salud (es decir, mala salud mental que lleva a mala SEP). Aunque el estudio no fue diseñado explícitamente para examinar y comparar estas dos hipótesis, los hallazgos presentes pueden brindar apoyo tanto para la causalidad social como para la selección de salud. Aquellas personas de la población de estudio que habían sido diagnosticadas con un trastorno mental antes de los 30 años tenían considerablemente menores niveles de empleo, de educación y de ingresos.
Este resultado es consistente con hallazgos anteriores en los que los trastornos mentales diagnosticados en la adolescencia y la edad adulta temprana se asocian con malas perspectivas socioeconómicas a largo plazo. Por el contrario, el mayor riesgo de trastornos mentales observado entre las personas con más baja SEP respalda la importancia de la causalidad social, es decir, son las condiciones sociales adversas las que causan una mala salud mental. De los diferentes mecanismos, el estrés psicológico de vivir con recursos económicos limitados, la mala salud física asociada con la pobreza y los peores comportamientos de salud entre las personas con más baja SEP son los más importantes.
El estudio completo puede leerse en https://jech.bmj.com/content/early/2023/01/04/jech-2022-219674