Los seres humanos tenemos muchas necesidades que deben ser cubiertas. Conocer cuáles son y encontrar la manera de satisfacerlas permite vivir una vida plena. El sexo es una de esas necesidades que comienza desde pequeños a tener importancia en cada uno de nosotros. Inevitablemente nos diferencia cuando nacemos en niños o niñas, de ahí el origen de la palabra sexo de la que deriva también la palabra sección y que implica una clasificación según la genitalidad.
Los niños son conscientes de que han nacido niños o niñas ya a los 3 años de edad y saben si los demás son de un sexo biológico u otro. Mucho antes de elegir pareja sexual, el sexo comienza a tener importancia y va conformando la identidad de una persona junto con muchos factores. Las caricias que el niño va recibiendo de los adultos van construyendo una idea sensorial del cuerpo. Poco a poco irá autodescubriendo sus zonas íntimas dándose cuenta de que lo que experimenta cuando las estimula.
La masturbación es una forma personal y sana de disfrutar del propio cuerpo y conocerlo. Esa información que se irá acumulando sobre la sexualidad personal cobrará una importancia capital en la adolescencia, cuando comienzan las primera experiencias sexuales. ¿Cómo le gusta que le toquen? ¿Qué es lo que le excita? En ese momento del desarrollo estamos a merced de las hormonas que nos mueven a buscar parejas sexuales y es el momento de mayor aprendizaje.
Las primeras experiencias sexuales, por falta de práctica, no suelen ser muy satisfactorias pero, poco a poco, gracias al ensayo y el error, la persona se va haciendo con una lista clara de comportamientos sexuales que le llevan al placer y que puede comunicar a su pareja sexual.
Aprendemos lo que nos gusta y también lo que no; y nunca paramos de aprender porque el sexo es una actividad que dura prácticamente toda la vida.
Esta actividad puede vivirse de muchas formas, no hay límite para jugar y experimentar mientras sean dos personas responsables las que lleguen a acuerdos para disfrutar. Más allá de lo puramente fisiológico, del impulso sexual, el sexo puede significar mucho más: comunicación, disfrute, diversión y afecto, que aumentan el placer en muchos sentidos. Para conseguir un buen sexo hay que conocerse bien, saber comunicar al otro lo que se quiere o necesita y también saber escuchar.
Si quieres saber si tu vida sexual es satisfactoria o intuyes que hay fallos en ella pero no sabes cuáles puedes ser, te animamos a que realices un test que puede ayudarte a saber el grado de satisfacción con tu vida sexual. Se compone de 18 preguntas con 5 posibilidades de respuesta que miden cómo de contento estás con esta área de tu vida. Los resultados se enviaran vía e-mail personalizados una vez lo cumplimentes. Y recuerda que los resultados son orientativos, el estado emocional en el que te encuentres cuando rellenes el cuestionario puede influir en tus respuestas. ¡Adelante con ello!
Cerrado el plazo de recepción de cuestionarios
El plazo de recepción de cuestionarios se cierra el miércoles 18 a las 24 horas.
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