La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha celebrado más de 130 ruedas de prensa (https://www.who.int/es/news/item/29-06-2020-covidtimeline) desde el inicio de la pandemia hasta finales de enero de 2021. En algunas de ellas se alertaba, entre otros asuntos, del fuerte impacto psicológico que estaban causando las medidas de aislamiento y distancia social, además del miedo al contagio, entre la población mundial. Ya en una rueda de prensa celebrada el 25 marzo de 2020 la OMS apuntaba al personal sanitario y a los niños y adolescentes como poblaciones especialmente vulnerables psicológicamente a la situación. Los primeros porque han estado, y siguen estando, en primera línea de batalla contra el coronavirus y, los segundos, debido a que poseen menos recursos para enfrentarse a la incertidumbre de un futuro que la pandemia ha capitalizado. Estos últimos, aún hoy, con casi la mitad de la población española vacunada, viven bajo la atmósfera de miedo al contagio y las consecuencias psicológicas que las restricciones llevan consigo. La duración prolongada de esta situación en el tiempo ha provocado que la petición de asistencia psicológica a niños y adolescentes aumente, como así lo atestiguan muchos medios de comunicación.
Como ejemplo de esto, recientemente, el 7 de julio, el periódico ABC publicaba un artículo que afirmaba que han crecido en un 400% la demanda de hospitalización de niños por problemas de salud mental, en concreto, en el hospital Gregorio Marañón. Y a esta cifra probablemente hay que sumar muchos más casos, ya que los problemas psicológicos en la infancia están impregnados de mitos. Como que los problemas infantiles desaparecen solos, simplemente dejando que el niño crezca, lo que provoca una disminución en la petición de ayuda por parte de los familiares. Esta idea esta desmentida por muchos estudios, como el publicado en 2018 bajo el título “Understanding anxiety in children and teens” (https://childmind.org/our-impact/childrens-mental-health-report/2018report/)por el Child Mind Institute, organización estadounidense sin ánimo de lucro que concluye que muchos subtipos de trastornos de ansiedad, los más comunes en la infancia, persistirán en la edad adulta si no son tratados adecuadamente. Lo que sí está claro es que esta las generaciones que han vivido bajo este yugo que es la pandemia se han visto y verán influidos por ella profundamente.
En el Gregorio Marañón crece un 400% la demanda de hospitalización de niños por problemas de salud mental (Laura Peraita, ABC, 7-7-21)
Gema recuerda cómo durante la pandemia su hija de 15 años, al igual que otros muchos jóvenes, se encerró en su habitación agarrada a la pantalla de su móvil como única vía de conexión con el exterior y de expresar su estado de ánimo, aunque fuera con un mero like. Pronto comenzó a percibir en ella signos de ansiedad. «Llegó a decirme que no valía para nada, que era muy gorda, fea y su pelo rizado horrible. Al poco empezó a autolesionarse e, incluso, intentó suicidarse. En una ocasión, tuve que llevarla al hospital donde la trataron de un cuadro muy grave de ansiedad. No podían controlar su angustia».
Finalmente, la niña quedó ingresada en Psiquiatría Infantil del Hospital de La Paz. Las ventanas de su habitación tenían rejas. Los médicos quitaron de la estancia todo lo que pudiera poner en riesgo su vida ante un nuevo intento de quitarse la vida: cables, espejos, las cortinas del baño. Su madre, ni siquiera podía enchufar allí su cable del móvil.
Trastornos graves
La OMS y Naciones Unidas ya alertaron durante la pandemia de la ola de trastornos mentales que generaría el confinamiento. Sin embargo, hoy, esa previsión generalizada no se ha percibido de forma significativa, a excepción de un grupo de población en el que se ha producido un incremento muy notable de trastornos mentales graves y muy graves con necesidad de hospitalización: el de los niños de 10 a 18 años. Al menos así lo apunta a ABC Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, quien añade que los servicios de Salud Mental en España se han visto desbordados. «Solo en Madrid ha habido un incremento del 30% en el número de camas de los hospitales para estos casos. Y, en concreto, en el Gregorio Marañón ha aumentado un 400% la demanda de hospitalización en Pediatría en estos cinco primeros meses del año».
Este especialista califica como muy precupante este incremento, pero también «la edad de los afectados que es cada vez más temprana, niños de 10 a 12 años con intentos de suicidio o suicidos consumados. Tampoco hay que olvidar que el 50% de estos trastornos aparecen antes de los 18 años. Con estos datos sobre la mesa, seguimos siendo el único país de la UE que no tiene una especialidad en Psiquiatría Infantil y del Adolescente ni recursos suficientes para atender estos casos».
La necesidad de una atención más inmediata y frecuente fue lo que llevó a Gema a poner a su hija en manos de ‘AcompañándoTC’, un servicio municipal, creado por el Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid) a través de las concejalías de Educación y Salud Pública, que es gratuito y ofrece apoyo emocional a jóvenes con problemas derivados de la pandemia.
Atención 24 horas
Gema quedó asombrada de lo rápido que obtuvo una cita y también con la juventud de los especialistas con los que su hija no tardó en tener afinidad. «Desde entonces, cada semana acude a su cita y están con ella mucho tiempo. Además, existe la posibilidad de que si se siente mal en cualquier momento, o presa de un brote, puede llamarles a cualquier hora al móvil para solicitar ayuda y ellos la calmarán y prestarán apoyo o, en función de la situación, llamarán al SUMA. Yo también puedo llamarles en cualquier momento si veo que la situación con mi hija se descontrola. La atención es telefónica 24 horas o por whatsapp. El apoyo es total».
La hija de Gema ha recurrido a estas llamadas de emergencias en dos ocasiones, una, estando en su propia casa y otra, en la calle. «Este tipo de servicios deberían estar en todos los ayuntamientos del país para auxiliar a tantos adolescentes que lo están pasando muy mal. Aquí les ven cada semana y están a su disposición constantemente. Les da mucha seguridad. Ningún adolescente debe quitarse la vida por falta de ayuda. Y a mí, como madre, me han ayudado mucho también porque en los hospitales atienden a los jóvenes, pero los padres también sufrimos muchísimo, pero no nos escuchan. En ‘AcompañándoTC’ nos atienden, nos entienden y nos asesoran. Los padres no deben tener vergüenza por ir a un especialista para contarle la nueva realidad de sus hijos. Yo hace mucho que tuve que perder mi vergüenza, si no lo hacen pueden perder una vida maravillosa».
Esther Legorgeu, psicóloga especializada en adolescentes y adultos, directora del Centro de Salud Mental Uden y terapeuta de este servicio de Tres Cantos, apunta que esta iniciativa gratuita es un refuerzo a los servicios públicos que «en este momento no dan abasto». Surgió en abril de 2021 ante la gran demanda de los servicios sociales por parte de los colegios e institutos de la zona debido al aumento de adolescentes con sufrimiento emocional que estaban en listas de espera larguísimas y con síntomas graves que no podían esperar».
Falsas creencias
Coincide esta profesional al apuntar que que las asistencias psicológicas y psiquiátricas a los adolescentes se han multiplicado, «es una situación muy alarmante», y señala como un problema que la depresión en la juventud conlleva multitud de síntomas que, en ocasiones, los adultos meten en el cajón de sastre bajo la falsa creencia de ser una cuestión hormonal, problemas típicos..., lo que favorece que salten las alarmas cuando los síntomas ya son graves y hay autolesiones, abandono escolar, trastornos de alimentación o suicidios.
Añade Esther Legorgeu que estos jóvenes han llegado a esta situación debido a un comportamiento sostenido durante la pandemia por diferentes motivos como aislamiento, falta de comunicación intrafamiliar, problemas académicos, familiares, sociales… de tal manera que el Covid ha sido un estresor que ha provocado la explosión del síntoma. «A estas edades carecen de habilidades para manejarse emocionalmente, no disponen de ellas porque se adquieren según maduran».
Imágenes cortesía de ABC y AcompañándoTC
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