Playa, sol, cerveza, pincho de tortilla de patata casera. Es lo más parecido al paraíso. Y está llegando, cada vez está más cerca. Si entre pincho y baño quieres hacer algo sencillo y práctico para volver de las vacaciones con más conocimiento sobre tu salud mental, lee lo que viene a continuación.
Date cuenta. Todos los días ocurre, vivimos así. Constantemente nos enfrentamos a situaciones que exigen ser resueltas y que nos ponen en guardia. El trabajo o los estudios imponen tareas que nos ponen a prueba. Y hay que superarlas sí o sí para evitar un despido o un fracaso académico. Pero no solo el trabajo o los estudios son un desafío: ¿quién no ha tenido quebraderos de cabeza con la familia y los amigos?
Las relaciones con los demás son complicadas, es difícil llegar a acuerdos, llevarse bien, gestionar la convivencia. El poco tiempo para descansar y pasarlo bien que queda al final del día también pasa factura a la salud física y psicológica.
Así que cuando la presencia de todos estos retos disminuye durante un período relativamente largo de tiempo, cosa que ocurre, sobre todo, en dos momentos del año, se crea un espacio donde podemos hacer balance de lo que hemos conseguido y de proyectarnos en el futuro para saber qué queremos conseguir.
Aunque el objetivo primordial del verano es descansar y disfrutar, a medida que septiembre amenaza con su vuelta el pensamiento trae las posibilidades que lo que queda de año ofrece. Y eso implica imaginar los retos presentes, los que tenemos por delante y cómo los enfrentamos. Con qué estrategias, habilidades y recursos contemos determinara la calidad de nuestra salud mental.
Los desequilibrios psicológicos se producen cuando no somos capaces de lidiar con la realidad, de conseguir lo que queremos, de aceptar lo que no se puede cambiar y cambiar con éxito aquello que sí está en nuestra mano hacerlo. Todo lo que supone un reto enciende nuestro sistema de estrés, da igual que lo valoremos como algo “bueno”, como mudarnos a un piso más grande y bonito o tener un hijo; o “malo” como, por ejemplo, convivir con una enfermedad.
Es buena idea entonces, para conocernos a nivel psicológico, saber qué causa tensión en el presente y lo que lo hará en el futuro predecible. Así podrás cuidar tu salud mental. Para conseguirlo sigue estos pasos:
1. Para hacer fácil el repaso de cómo está tu salud mental hay que ordenar aquello en lo que queremos pensar. Para no abordar todos los temas juntos vamos a dividir la realidad para hacerla más comprensible. La vida de una persona puede repartirse en áreas vitales que son campos en los que, todos los seres humanos, tenemos necesidades que deben ser cubiertas. Si no se cubren adecuadamente eso genera malestar.
Las áreas pueden separarse tal y como aparecen en este gráfico. Este gráfico es tu gráfico, lo que significa que puedes personalizarlo añadiendo áreas si consideras que hay alguna importante que no aparece reflejada en él. La idea es que aparezcan todos los aspectos importantes de tu vida. Tomate tu tiempo, estás de vacaciones.
2. Cuando tengas un gráfico con el que estés cómodo puntúa de 0 al 10 el grado de satisfacción que experimentas con cada área. El 0 significa nada satisfecho, el 5 medianamente satisfecho y el 10 totalmente satisfecho. Puedes volcar la información en una tabla sencilla como esta, teniendo en cuenta que la que propongo es solo un ejemplo.
3. Después de hacerlo mira con atención el gráfico. No lo hagas por encima, míralo bien. De repente, tus fortalezas y tus puntos débiles están representados en ese gráfico. Tus fortalezas son las áreas calificadas con una puntuación alta, por lo menos, por encima de 5. Los puntos débiles, por debajo de esta cifra. Lo que te motiva, te gusta, se te da bien, es un pilar desde el que avanzar en las otras áreas, las más carentes o conflictivas, las que más tensión psicológica te causan, que coincidirán con tus áreas puntuadas más bajas.
4. Coge tu área o áreas puntuadas con 5 o por debajo de 5 y pregúntate: ¿por qué he puntuado tan bajo este área? ¿Qué me falta? ¿Puedo conseguirlo? Y, sobre todo; ¿tengo un plan para hacerlo?
5. Vete a tus fortalezas, a tus áreas puntuadas altas, a aquellas que son pilares fuertes en tu vida y pregúntate: ¿de qué manera me pueden ayudar a aumentar la puntuación de las áreas más bajas? Quizá tu área económica aparezca puntuada alta y esto te puede ayudar realizar viajes o actividades para conocer gente nueva, si es el caso de que el área familiar y de amistad es baja.
6. Este ejercicio, aparentemente sencillo, es la puerta de entrada para entender, conocer y cambiar tu salud psicológica. Es capaz de suscitar muchas preguntas y reflexiones. También ayuda a ver cómo cambian las áreas en el tiempo si vuelves a realizar este ejercicio más adelante; por ejemplo, el verano siguiente. Puedes reflejar por escrito tus conclusiones, es muy posible que te sean útiles.
7. Respira, dale otro sorbo a la cerveza y tómate otro trocito de tortilla de patatas.
¡A por las bacaciones! ¡Biban las cerbezas en la playa!
¡Genial!
Buen ejercicio para verano. La foto de la tortilla no tiene precio!
¡Qué ganas de vacaciones!
A prepararlo...