Urge comunicación, uso de nuevas tecnologías, terapias innovadoras y voluntad.
LLYC Ideas
La consultora multinacional LLYC Ideas, especialistas globales en relaciones institucionales, diplomacia corporativa y lobby, ha presentado recientemente su estudio ‘Diferentes realidades que alteran la vida: La crisis global de la salud mental postpandemia’, una completa y aguda mirada a las consecuencias de la pandemia global, cuyo último alcance estamos todavía lejos de comprender.
Sus autores son Alejandro Romero Paniagua, Georgina Rosell Catasús y Javier Martín Zurita.
En los últimos años, las tasas de trastorno de salud mental aumentaron considerablemente y esta adquirió un papel preponderante en la agenda de la salud pública. La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un estado de bienestar en el que cada persona puede desarrollar su potencial, afrontar las tensiones de la vida, trabajar de forma productiva y aportar algo a su comunidad. Es una situación emocional que ahora parece estar en juego para muchas personas en todo el mundo.
La pandemia intensificó el deterioro de la salud mental en la población, porque se sumó a otros determinantes y/o factores psicológicos, biológicos, sociales, económicos, geopolíticos y ambientales como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, que incrementan el riesgo de sufrir trastornos mentales.
Las autoridades sanitarias, algunas instituciones hospitalarias especializadas y médicos han declarado una crisis de salud debido al aumento de los trastornos mentales y a la falta de preparación de los sistemas de salud.
A la vez, empresas farmacéuticas innovadoras en áreas como el sistema nervioso central han priorizado la innovación farmacológica para que la comunidad médica pueda ayudar mejor a sus pacientes con nuevos tratamientos especialmente enfocados en tratar la depresión, la esquizofrenia y la ansiedad.
El número de casos aumenta considerablemente, pero aún es posible revertir esta situación si se atiende como un problema prioritario de salud pública y se revisa el impacto que tuvo la pandemia en el incremento de los trastornos. Pero también es necesario diseñar una estrategia para enfrentar el problema desde una perspectiva de la comunicación. Vivimos una era en la que las redes sociales y los medios de comunicación tienen un rol cada vez más relevante en la construcción de opiniones, autoestima y comportamientos por su innegable conexión con las audiencias.
Para la transformación, será clave entender el problema, usar Big Data e inteligencia artificial para conocer mejor la conversación, diseñar e implementar planes de comunicación efectiva para no estigmatizar el problema y lograr que los individuos busquen ayuda. Y, sobre todo, diseñar políticas públicas, comunicar los avances en la investigación farmacológica y los recursos disponibles en los sistemas de salud.
Para leer el estudio completo:
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A los que mandan no les interesa que estemos bien de salud mental ni de ningún tipo de salud. Las restricciones por el coronavirus siguen vigentes y ya no hay pandemia y nos hacen la vida dificil. Me gusta el blog. Saludo.
Muy bueno el artículo y muy buenos los comentarios. Gracias a todos.
Dice el informe de Llorente y Cuenca:
Hace falta una combinación de enfoques que parta del reconocimiento del problema [crisis de salud mental global], que se mueva de las palabras a la acción y que involucre a la sociedad, los pacientes, los médicos y las instituciones de salud y que use tecnologías avanzadas (IA y Big Data) para el diseño de una comunicación efectiva con información precisa, actualizada y oportuna. Estas acciones serán fundamentales para lograr la transformación necesaria en el abordaje de la salud mental, acabar con el estigma asociado, promover una sociedad más justa y equitativa en temas de salud y asegurar que las personas reciban la atención y el tratamiento que necesitan y en el momento en…